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Novedad

El inimitable toque humano

  • La profesión del moldeador de arcilla es muy antigua
  • Los escultores cuentan con cierta licencia creativa

La imagen que todos tenemos en mente cuando hablamos de la creación de un coche es un ejército de robots moviéndose en perfecta coreografía. Sin embargo, antes de llegar ahí e incluso más allá de esta etapa, el ojo, la mano, la imaginación, la pasión, el talento y la intuición del ser humano siguen siendo cruciales en el complejo proceso de alumbramiento de un nuevo vehículo. 

Sí, es cierto que el uso de técnicas de recreación digital ha acelerado algunas etapas, pero también lo es que, en la mayoría de marcas, el prólogo de un nuevo coche se escribe a mano y mediante un lápiz. Todo arranca con la inspiración de un diseñador plasmando un concepto en un papel para sentar las principales bases de la línea del modelo.

Eso de “un diseñador” y “un concepto” no es del todo cierto. En realidad, se pueden hacer centenares y centenares de bosquejos antes de dar con el que de verdad guíe esa línea. El equipo de diseñadores de SEAT, por ejemplo, en su Centro Técnico de Martorell, suele proponer hasta dos mil esbozos del que sólo uno acaba pasando la criba.  

Posteriormente, un programa de tratamiento digital de las imágenes pule esos trazos para poder contar con un ‘documento maestro’ que tiene una apariencia más real. Sobre él trabaja el equipo de diseño añadiendo, quitando o puliendo componentes y detalles del exterior, pero también del interior. En la actualidad, esos programas son muy similares a los que se emplean en la creación de videojuegos y películas de animación. SEAT ha incorporado a esta técnica unas gafas de alta definición que, mediante la realidad virtual, ayudan a los diseñadores a tener un feedback más claro del aspecto que va tomando el producto. El fabricante español afirma que es en esta etapa de la creación de un nuevo modelo donde han conseguido acortar los plazos haciéndolo hasta diez veces más rápido.

Sin embargo, todo ello desemboca en la elaboración de lo que se suele llamar un ‘modelo de clay’. La misión de esta etapa es poder ver plasmado en tres dimensiones todo ese trabajo que ha venido realizando el equipo de diseñadores y recae en uno o varios moldeadores o escultores especializados que trabajan dando forma a un bloque de arcilla (clay en inglés) industrial con un alto porcentaje de cera que, a cierta temperatura, es especialmente moldeable. A pesar de los avances realizados en el modelado digital mediante impresoras 3D, la profesión del escultor de arcilla es casi tan antigua como el propio automóvil y si no corre peligro es porque por muy avanzada que sea esa impresión, nunca podrá aportar la sensibilidad y la creatividad de un artesano. Además, también sirve para identificar posibles problemas indetectables en versiones digitales o en una escala inferior.

La profesión del escultor de arcilla es casi tan antigua como el propio automóvil

Mazda, por ejemplo, da muchos galones a sus artesanos o ‘takumis’. Actúan en ese tallado del modelo de clay, pero también en la definición de componentes muy concretos capaces de aportar ese ‘alma’ de la que presume cada uno de sus modelos. Los escultores pueden trabajar sobre una maqueta a escala real o una más pequeña. SEAT suele optar por la primera opción y para ello parte de un enorme bloque de arcilla de dos toneladas y media que viste una base que puede ser de aglomerado, espuma o corcho.

Los escultores –suelen trabajar varios en un solo coche– cuentan con una cierta licencia creativa, pero siempre realizan su trabajo codo con codo con el equipo de diseño y también bajo la supervisión de los ingenieros, ya que hay elementos que han de plegarse a necesidades como la seguridad, entre otros muchos factores. También, en este largo proceso de moldeado que puede durar meses e incluso años, se prueban diferentes soluciones de estilo en una y otra mitad del vehículo antes de decidir cuál se impone en la línea definitiva de ese nuevo lanzamiento. En otras ocasiones, se realizan diferentes modelos de ‘clay’ para acabar descartando uno de ellos.

Este largo proceso de moldeado que puede durar meses e incluso años

Herramientas de precisión

Igual que cada maestrillo tiene su librillo, cada escultor de arcilla lleva consigo su propia caja de herramientas. Espátulas, limas, fresadoras, cuchillos, escalpelos e incluso pequeños útiles de alta precisión ayudan a dar forma a cada detalle del exterior, pero también del interior y exactamente con la misma finalidad.

El resultado final de todo este proceso es tan realista que estas ‘maquetas’ a tamaño real que en muchas ocasiones sirven como primera toma de contacto con los especialistas del sector y el público en los grandes salones del automóvil en forma de ‘concept’ o versión preliminar. Para ello, se visten con unas láminas adhesivas muy especiales, plásticos e incluso piezas reales como faros o ruedas.

Cuesta trabajo creer que algunas de estas piezas de auténtica artesanía acaben siendo literalmente destrozadas. ¿Por qué? Para poder reciclar toda esa cantidad de arcilla. Ford lo hace desde hace seis años mediante una máquina especial y llega a reutilizar hasta 9.000 kilogramos de este material. Esta cifra supone alrededor de una décima parte de la arcilla que emplea a lo largo de un año para construir estas maquetas a tamaño real. 

Artesanía y calidad percibida

En realidad, el trabajo de escultor de arcilla es uno de los muchos en los que el toque humano aún es necesario e insustituible. Curiosamente, la mayoría de ellos tienen que ver con aquellas áreas que son las que marcan la diferencia en cuanto a eso tan inefable que denominamos calidad percibida.

Volviendo a SEAT, cuentan con costureros que, con ayuda de una aguja curva y una enorme destreza, cosen piezas tan delicadas como el volante. Los especialistas del departamento de Color & Trim se encargan de la selección de los nuevos colores de la carrocería, pero también de supervisar el tacto de componentes del interior, textura de mandos, superficies y tapizados. Hay expertos en olores, en el análisis de sonidos y ruidos y un largo etcétera de cuestiones que nunca se podrán traducir a una secuencia de ceros y unos.

 

 

 

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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