Hasta 2017, la de Nil Solans parecía ser una reedición de la historia de otras tantas jóvenes figuras españolas en el deporte de los rallies: Mucho talento, muchas ganas, pero con carencias en la planificación deportiva. Aunque su experiencia internacional pronto se centró en el mundial, en concreto en el Drive DMack Fiesta Trophy (2014 y 2015), el pasado año fue uno de los muchos que tomó el ejemplo de José Antonio Suárez y Pepe López y se enroló en la 208 Rally Cup francesa.
Y lo hizo después de probar suerte en WRC2 con el Peugeot 208 T16 del ACSM Rally Team. Fue en el tramo final de la temporada 2015 y daba la sensación de que al frente de la planificación deportiva de Nil no había nadie al timón. Pero en 2016 decidió dar ese paso atrás hasta la copa mixta de Peugeot Sport, volver a su formación internacional con un R2 y en un formato de competición que le proporcionara herramientas con las que promocionar al mundial.
La reestructuración del Junior World Rally Championship en 2017 y el cambio de los Citroën DS3 R3T por los Ford Fiesta R2T de M-Sport calzados con los neumáticos DMack que Nil ya conocía perfectamente era una oportunidad irrechazable. Enrolado a última hora en ese Campeonato del Mundo de Rallies Junior y junto a su copiloto de siempre, Miki Ibáñez, Solans ha sido una auténtica apisonadora esta temporada. Tres victorias y dos segundos puestos en cinco participaciones lo han convertido en un piloto apetecible para las marcas oficiales. De hecho, está entre los preseleccionados por Hyundai Motorsport para su equipo oficial en WRC2 para 2018.
Su principal objetivo, el premio gordo, es coronarse campeón Junior, pero de momento ya tiene aseguradas cuatro participaciones en el mundial de la próxima temporada de la mano del equipo que lidera en la actualidad el WRC con Sébastien Ogier, M-Sport, con un Ford Fiesta R5 en WRC2. Es el premio por haber sido quien más puntos sumó en las dos primeras pruebas de Francia e Italia y las dos siguientes de Polonia y Finlandia. Además, en el pasado Rally de Alemania, Solans e Ibáñez se adjudicaron el título en WRC3. Y todo ello, fruto de una temporada sin fisuras y en la que ha respondido en situaciones que forjan a un campeón, como las remontadas de Finlandia y Alemania.
Con el título de Solans se rompe una sequía de siete años, el tiempo que ha transcurrido desde que Xevi Pons se adjudicó el título de SWRC, el precedente de la actual categoría de plata del mundial, WRC2. Si remata la temporada en el Rally de Cataluña, entonces igualará a Dani Solà y Dani Sordo, que se coronaron campeones del JWRC en 2002 y 2005, respectivamente. Otros nombres que lograron vencer en este apartado antes de convertirse en estrellas de este deporte son Sébastien Loeb (2001) o Sébastien Ogier (2008).
Para hacerlo, el piloto de Matadepera sólo necesitará marcar el scratch en tres de los 19 tramos cronometrados de la próxima cita del Junior World Rally Championship. Esto es gracias a la ventaja de 23 puntos que acumula respecto al francés Nicolas Ciamin antes de esta sexta y última prueba de la temporada, forjada mediante tres victorias en Francia, Italia y Polonia, y dos podios en Finlandia y Alemania.
