Eclipse Cross, un nombre evocador

El nuevo Mitsubishi se  sumará también al mercado insular en próximas fechas. Con un diseño de claro corte cupé se desmarca de los esquemas tradicionales que venían imponiéndose hasta el momento.

Sin duda, la identidad visual será uno de sus principales reclamos pero no el único. Esta está presidida por un frontal poderoso, con faros antiniebla e intermitentes en una posición inferior, mientras las unidades de faros LED y de luz diurna ocupan ahora una posición más elevada. Este curioso guiño estilístico  antecede a una su silueta con una línea de techo que cae de forma acusada sobre la sección posterior sacando a relucir su imagen atlética también a través del escaso ángulo adoptado por las ventanillas traseras.

La zaga se distingue por la fuerte presencia de unas ópticas situadas a la altura de los hombros formando una línea sobre la moldura que divide horizontalmente la luna trasera. Cuando se iluminan todos los elementos, incluida la luz de freno, se forma una sola barra de luz que desciende hacia los laterales y confieren al conjunto una imagen bastante poco convencional.

Mitsubishi ha cuidado muchísimo también la calidad y la forma del decorado interior. El material empleado para recubrir el salpicadero y los paneles de las puertas es de tacto suave, con una textura parecida a la del cuero en contraste con embellecedores plateados y pinceladas en carbono que recubren distintos elementos de su ambiente. Los instrumentos de control atienden también a una nueva distribución con el TouchPad Controller alojado en el túnel central.

La interactividad es un concepto que está muy arraigado en el nuevo Eclipse Cross. Dispone de sistema Link Display Audio, el "Head Up Display" y el mencionado panel táctil desde donde se pueden gestionar éstas y otras funciones con facilidad.

Los clientes podrán escoger entre dos opciones de motor; el 1.5 litros de inyección directa de gasolina con turbocompresor, asociado siempre a una caja de cambios automática de ocho velocidades y accionamiento manual en modo Sport; y el motor diésel de 2,2 litros de inyección directa y turbocompresor, acompañado, en su caso, de una nueva caja de cambios automática de 8 velocidades.

Mitsubishi incorpora además un sistema integrado de control dinámico denominado Super All-Wheel Control (S-AWC) algo que empieza a escasear entre las propuestas europeas. Se trata de un distribuidor de par entre ejes que en condiciones normales utiliza el modo 'Auto' para conseguir máxima eficacia en el consumo de combustible. Además dispone de los modos 'Nieve' y 'Gravilla' para superficies resbaladizos o terrenos escarpados y difíciles.

Tampoco echarán de menos los últimos avances en sistemas de asistencia a la conducción como el de mitigación de colisión frontal (FSM), sistema de alerta de salida de carril (LDW), sistema de detección de ángulo muerto (BSW) y de alerta de tráfico trasero (RCTA) así como control de crucero adaptativo (ACC), sistema de mitigación de aceleración no intencionada (UMS), cámara de visión 360º o el freno de mano eléctrico.