La edición número 57 del Rally Isla de Gran Canaria estuvo a la altura de la leyenda de esta prueba decana de la modalidad en España. Como en algunas de sus páginas más brillantes, la victoria no se decidió hasta el tramo final con Julián Falcón-Daniel Rosario (Porsche 997 GT3) y José Mari Ponce-Carlos Larrodé (SEAT JTR 600) en el foco.
Falcón no pudo tener una mejor entrada en la noche del viernes. Su scratch lo ponía líder, y aunque ya no soltó esa primera posición en toda la carrera, desde que llegaron los tramos del sábado supo que iba a tener que controlar por los retrovisores al SEAT JTR 600 de Ponce. Tercero en su primer paso por Los Marteles, en Los Cernícalos-San Mateo aprovechó la correcta relación de cambio de su coche para hacerse con el primero de los tres mejores tiempos que obtuvo durante las dos primeras secciones de esa etapa.
Lejos de dar por buenos los tres scratch, Ponce no dejaba de mirar la clasificación general y, con 6,9’’ de diferencia entre los dos vecinos de Arucas, tenía que ser el último tramo, el que homenajeaba a Medardo Pérez y sus 101 victorias, el que decidiera el nombre del vencedor de esta edición del rally decano que el palmero venció hasta en siete ocasiones.
Ponce y Larrodé tenían la oportunidad de elevar a nueve el número de triunfos en el rally decano; Falcón y Rosario tenían ante sí la posibilidad de estrenar su casillero de victorias absolutas en esta modalidad. Con este punto de partida y después de seis tramos jugando al gato y al ratón, en Tejeda ninguno de los dos se guardó absolutamente nada. El SEAT JTR 600 volvió a marcar el scratch, pero el Porsche supo amortiguar ese cuarto gancho al quedarse a menos de tres segundos y dejar así la primera posición a salvo por 4,1’’. Su liderato en el Campeonato BP de Rallies está, por tanto, más que justificado.
Domingo Ramos y Pepo Batista resistieron cuanto pudieron el ritmo impuesto por el Porsche. El tren delantero Mitsubishi Lancer Evo VIII no se comportó en ningún momento igual que antes del llantazo del Rally Ciudad de Telde y eso, con Falcón y Ponce pletóricos, acabó siendo un problema insalvable. La avería de los interfonos durante la mañana y un rateo de motor en el tramo final acabaron traduciéndose en los 33,1’’ que acabaron dejándose en la meta como terceros absolutos.
Vicente Bolaños y Magnolia Herrera supieron desde el primer tramo del sábado, desde el fabuloso Cruz de Tejeda-Los Marteles, que este rally no estaba para ellos. Como en Santa Brígida, su nuevo Evo X pecó de subvirador en los tramos de las dos primeras secciones del sábado y los frenos tampoco tuvieron su día. Con muchos tramos en bajada, este problema acabó pesando demasiado en la clasificación y los de BP acabaron quedándose fuera de los puestos de podio.
Ángel Marrero y Víctor Marrero perdieron demasiado pronto la referencia del otro Honda Civic Type R R3, el de Benjamín Avella-Agustín Alemán, que se retiraban en el quinto tramo. Más a tono que en Telde y con su coche en plenísima forma tras la rotura de palier del Rally Islas Canarias, lograron el mejor resultado posible en esta prueba que venció hace ahora cuatro años. 
Pleno de Ortega
Fabulosa la participación de Guayasén Ortega y Daniel Quintana. Ganar otra vez el Trofeo Toyota ENMA no era suficiente para ellos y se metieron de lleno en la pugna con Pablo Medina-Daniel Hernández (Honda Civic) por el Trofeo de Promoción y el Volante BP. Los dos jóvenes pilotos fueron subiendo su apuesta tramo tras tramo y cuando se quisieron dar cuenta estaban jugándose también la sexta posición de la general.
Ahí se las vieron con el Renault Clio R3T de David Sánchez y Juan Monzón, que en Tejeda pusieron las cosas en su sitio para recuperar esa sexta posición y dejar a Ortega séptimo (venciendo así en los trofeos Toyota ENMA, Promoción y Volante BP) con Medina a continuación. Todos ellos se beneficiaron del abandono de Avella-Alemán y también del pinchazo en el quinto tramo de Julio Martínez-Agustín Vega. Tuvieron que detenerse en Los Cernícalos-San Mateo y montar la rueda tipo ‘galleta’ en su Porsche 996 GT3. Sólo pudieron remontar hasta el decimotercer puesto.
El sprint de Guayasén Ortega entre los Yaris dejó a Alejandro Martín y Kevin Peñate con la segunda plaza en el trofeo y la novena posición absoluta por delante del Opel Corsa OPC de Javier Rodríguez-Gabriel Espino y el Kit Car de Fran Santana-Pedro Quesada. Antonio Estalella y Antonio Peña encadenaron su segundo resultado positivo de la temporada al acabar duodécimos, por delante de Santiago García-Orlando Santana (Opel Ascona SR).
Alfonso Viera y Javier Santana disfrutaron como niños de su experiencia con el Nissan Micra y acabaron abandonando en el penúltimo tramo cuando la mecánica pidió una tregua en la meta de Ayacata. Se retiraron con honores porque estaban entre los tres Micra más rápidos aunque competían al margen de la copa.
Emoción en la Copa Nissan Micra
La nueva monomarca de Brisa Motor y Arimotor Tenerife tuvo su estreno soñado. Emoción a más no poder entre los dos equipos que marcaron la diferencia. A Heriberto Godoy y Víctor García les pesó mucho el tiempo inactivos en los primeros tramos, pero fueron recuperando sensaciones y segundos a medida que avanzó el día a una de esas sorpresas que siempre nos regala una copa monomarca: el equipo de los jóvenes Cristian Batista y Judith Cabello. 
En su tercera temporada en activo, Batista salió a por todas en la primera sección, en especial en el tramo de Los Cernícalos-San Mateo donde rompía el crono coincidiendo con las mayores dudas de Godoy, que llegaba a meta con el maletero de su Micra abierto. Fue, precisamente, en la repetición de ese tramo donde el piloto del norte de la isla empezó su ataque para adelantar a Batista en el penúltimo tramo por sólo siete décimas.
Pero el joven teldense no había dicho su última palabra. Aunque los parciales confirmaban el ‘sorpasso’ de Godoy, Batista bordó los últimos kilómetros del tramo final para adjudicarse la primera de las seis citas de la Copa Nissan Micra 2018 por 3,6’’.
Jesé Santana y María Hernández intuían que este rally de vuelta a al disciplina ‘copera’ se les podía hacer cuesta arriba, así que dieron por bueno el tercer puesto.
