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La segunda etapa del Rally de Turquía, décima prueba de la temporada del Mundial de Rallies FIA, ha llevado la emoción de la lucha por el título absoluto a una nueva pantalla después de que Ott Tänak (Toyota Yaris WRC), ganador de las dos anteriores pruebas de Finlandia y Alemania y que llegaba en tercera posición de la provisional se haya encaramado hasta la primera posición aprovechando las bajas de Thierry Neuville (Hyundai i20 Coupé WRC) y Sébastien Ogier (Ford Fiesta WRC).
El belga, líder de la prueba –y del campeonato– al término de la primera jornada, no pudo empezar peor esta segunda etapa. “Solo 8 kilómetros antes del final del primer tramo sentí que tenía un pinchazo. El automóvil se volvió lento al girar. De repente, el capó comenzó a moverse y salió el amortiguador, que fue cuando supimos que estábamos ante un gran problema”, explicó Neuville, que llegó con Nicolas Gilsoul a final de tramo para intentar obrar el milagro pero que tuvo que retirarse.
Este giro inesperado suponía un enorme balón de oxígeno de Sébastien Ogier y Julien Ingrassia en su voluntad de hacerse con su sexto título mundial. La victoria habría supuesto neutralizar la ventaja de Neuville al frente del campeonato, pero el dúo francés pasó del cielo al infierno dos tramos más tarde también con un muelle de la suspensión de su Ford roto. M-Sport lo intentó todo; incluso Elfyn Evans, su compañero de equipo, se detuvo para ayudar a Ogier a reparar la avería transmitiendo las instrucciones que los ingenieros del equipo le daban por teléfono.
“Pensé que nunca lo lograría. Tratamos de volver a poner el brazo de dirección, pero la horquilla de suspensión estaba demasiado apretada en el bastidor secundario y no pude encajar. Luché al máximo y estaba muy cerca de renunciar porque no tenía energía", dijo Ogier a WRC.com. El esfuerzo mereció la pena porque, una vez contabilizada la penalización por llegar tarde al siguiente tramo, pasaba a la cuarta posición. Sin embargo, la fortuna volvía a darle esquinazo en la primera especial de la tarde cuando se salió y su coche quedó atrapado tras golpear un árbol.
Andreas Mikkelsen y Anders Jaeger (Hyundai i20 Coupé WRC) habían recuperado el liderato que perdieron en la recta final de la primera etapa. Pero la alegría les duró bien poco. En el mismo tramo en el que se certificaba la baja de Ogier, el noruego se quedaba con su i20 Coupé WRC funcionando en tracción trasera el resto de la sección. Consecuencia: cerca de cuatro minutos perdidos y quinto clasificado.
Fue el momento de Ott Tänak y Martin Jarveoja, que el viernes estaban a más de medio minuto del trío de cabeza y que, de un plumazo, se veían líderes y con una oportunidad de oro de ponerse a las puertas de los dominios de los primeros clasificados del mundial ahora que el campeonato encara su recta final. Conscientes de que los tramos turcos exigían cabeza fría, esperaron su momento y éste llegó en esa undécima especial de las 17 de esta prueba.
La diferencia respecto a sus compañeros de equipo en Toyota, Jari-Matti Latvala y Miikka Anttila, es de sólo 13,1’’, pero con el título más abierto que nunca, los finlandeses van a cubrir las espaldas de Tänak en esos cuatro tramos que le quedan a esta décima prueba del WRC. Hayden Paddon y Seb Marshall (Hyundai i20 Coupé WRC) son terceros a casi un minuto de Latvala. Les siguen Teemu Suninen (Ford Fiesta WRC), Andreas Mikkelsen y Henning Solberg, sexto con un Skoda Fabia R5.
El listado de bajas en esta etapa ha sido escalofriante. Craig Breen vio cómo su Citroën C3 WRC se incendiaba y su compañero Mads Ostberg tuvo que detenerse con el turbo roto. Esapekka Lappi también se quedó por el camino como consecuencia de una salida de carretera.
La categoría WRC2 está siendo dominada por Jan Kopecky con el Fabia R5 de Skoda Motorsport con 16,9’’ sobre el Citroën C3 R5 de Simone Tempestini. Otra victoria del checo lo asentaría en el liderato de esta categoría de plata del Mundial de Rallies.
