COCHES
Prueba

Acento europeo para el nuevo Korando

  • Abandona las influencias monovolumen y abraza los códigos todocamino
  • Sus nuevas cotas sientan las bases de un interior más espacioso
  • Todas las versiones cuentan con el paquete de asistentes SASS

Aunque su pujanza en los ámbitos cultural, económico y geopolítico es cada vez más discutida, hay un terreno en el que el liderazgo de la Vieja Europa sigue vigente: el sector de la automoción. Por supuesto que no estamos pasando por alto la centenaria tradición americana o el ascenso de la industria asiática; por no hablar del poderío tecnológico y la fiabilidad a prueba de bombas que implica la etiqueta ‘made in Japan’. Pero en cuanto a diseño, calidad de acabados y tacto de conducción, Europa sigue marcando el camino.

Por eso y porque no hay otra manera de echar raíces aquí, las marcas foráneas llevan décadas haciéndose a nuestra particular manera de entender el automóvil. SsangYong, el fabricante más antiguo de Corea y que en los últimos años ha intensificado su ofensiva de lanzamientos hechos pensando en el conductor continental, ha dado el que posiblemente sea su paso definitivo en esta dirección con el nuevo Korando.

Al ser el modelo de más largo recorrido en sus 65 años de historia, cada una de las cuatro generaciones del Korando sirven para realizar un muestreo estratificado de la evolución de la marca. Haciendo ‘zoom’ en la transición entre la tercera de 2011 y ésta de 2019, el Korando abandona las influencias monovolumen y abraza los códigos todocamino envuelto en una línea similar a la del Tivoli. Decir que es más musculoso no es un tópico en el caso de este coche porque su calandra se inspira en el pectoral masculino; otra serie de líneas de carácter aportan volumen al lateral de la carrocería y la zaga, no tiene igual en su segmento gracias, entre otros detalles, a la moldura cromada que une las ópticas.

Más allá de esa aproximación al patrón europeo, el nuevo Korando también evoluciona hacia unas cotas que afilan su silueta y sientan las bases para un interior más espacioso. Estira su longitud 36 mm (4.450 mm), incrementa su anchura 40 mm (1.870 mm), pero rebaja su altura en 55 mm (1.620 mm). La batalla también se incrementa hasta los 2.675 mm (+25) y es así como se obtiene una valiosa habitabilidad que aprovecha su interior. Pero no es lo único. Los asientos traseros están inclinados 27,5º y eso aporta una mayor impresión de confort y espacio. Aún así, el maletero cuenta con un volumen de carga de 551 litros ampliable a 1.248 litros. Su base es, en realidad, un práctico separador que, al quitarlo, da acceso al doble fondo.

Para acabar con el interior, tampoco aquí hay rastro del anterior Korando. Si acaso, el emblema del volante multifunción que en las versiones con cambio automático incorpora por primera vez en la marca unas levas. Más significativo aún nos parece la incorporación (a partir de la tercera línea de equipamiento) de un cuadro de instrumentos digital fabricado por LG y con un nivel de luminosidad ajustable; y (a partir del segundo nivel) de un sistema de infoentretenimiento con pantalla de 8’’ y conectividad mediante Apple CarPlay y Android Auto.

Puesto a punto en Tarragona

No hay carretera que se pueda simular en un laboratorio, así que SsangYong ha empleado el Centro Técnico de Idiada, en Tarragona, para proporcionarle al Korando una ‘pisada’ firme propia de sus competidores europeos. Tras probarlo, sólo podemos decir que no ha habido tiempo mejor invertido que esos alrededor de tres meses destinados a este laborioso proceso.

Además de ser preciso, el Korando es sorprendentemente estable y lo bastante firme como para que en los cambios rápidos de dirección –esos grandes enemigos de los torpes todocamino– dé también la talla. Nada de molestos balanceos que minan la confianza en una conducción ‘alegre’, aunque sí percibimos una menor capacidad para absorber baches grandes y socavones. La pregunta obvia es ¿resiente esto su capacidad todoterreno? Creemos que no, ya que a la velocidad en la que hicimos la ruta con versiones 4x4 del Korando, éste se mostró confortable y efectivo. Muy importante a la hora de aportar esa calidad de rodadura es que todas sus versiones cuenten con sistema multibrazo en el tren posterior, algo que no puede decir toda su competencia.

Un tacto firme

La plataforma modular sobre la que se ensambla el Korando desempeña un papel fundamental en muchas de las cosas que nos han gustado de él. El uso de un 74% de acero de alta resistencia (más que nunca en SsangYong) es la base de ese tacto firme y, muy importante, carente de vibraciones y ruidos. Como vemos en un despiece aparte, los motores también tienen su responsabilidad aquí, pero desde la marca también se apunta al uso de tacos hidráulicos en los subchasis, el uso de material insonorizante en suelo y techo y aislantes en otras zonas.

Dos motores y dos transmisiones

Dos son los propulsores destinados al Korando, ambos nuevos, y dos posibles cambios: uno manual de seis velocidades y uno automático de convertidor de par. El diésel 1.6 de 136 CV y 324 Nm y el gasolina 1.5 T-GDI de 163 CV y 280 Nm que pudimos probar y del que destacamos sobre todo su gran finura. A pesar de ser turbo, ‘pide’ llevarlo vivo de revoluciones para poder aprovechar su potencia.

Como no podía ser de otra manera, el Korando saca provecho a la tradición 4x4 de la marca. Hay versiones con tracción total inteligente de tipo Haldex y tres modos de conducción seleccionables según el tipo de superficie. Además, su carrocería aporta una altura libre mínima de 16,4 cm, un ángulo de ataque de 18º, uno ventral de 15,9º y uno de salida de 24,5º. Con la cuarta generación de su SUV compacto, SsangYong ofrece cinco años de garantía.

Sólo hay que echar un rápido vistazo a su equipamiento para que el Korando ponga ante nuestros ojos otro de sus argumentos más poderosos. Todas las versiones cuentan de serie con el paquete de sistemas de seguridad preventiva SASS y que abarca el frenado de emergencia autónomo asociado, la advertencia de salida del carril, el sistema de permanencia en el carril, la alerta de distancia de seguridad, la alerta de avance del vehículo precedente, la alerta de cansancio, la lectura de señales y el asistente de haz de luz. Todos ellos basan su funcionamiento en una cámara y un radar.

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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