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Toyota Camry, la berlina se pasa al híbrido

  • Su arquitectura alargada refuerza su silueta atlética

Toyota recupera para el mercado europeo el Camry en sustitución del Avensis para representar su nueva ofensiva en el segmento de las berlinas. Se podría decir que el espacio del relevado sedán queda perfectamente representado por el recién llegado Corolla mientras el vehículo protagonista del reportaje de hoy se enmarca en el reservado a las berlinas de gama media-alta.

En síntesis les adelantamos que el Camry maneja múltiples encantos. Como aperitivo, su estilo atrevido y refinado y una gran calidad de fabricación. Pero si hay un argumento que lo distingue de la mayoría de sus competidores es la ventaja de contar con un potente sistema de propulsión híbrido, interesante en cuanto a prestaciones y único en términos de consumo y emisiones.

Y es que el rendimiento es uno de los fundamentos sobre los que ha desarrollado la nueva berlina, aspecto íntimamente ligado a una dinámica de conducción sin apenas fisuras, silenciosa y ciertamente cómoda y agradable. El otro aspecto pone el foco de atención en los avances asociados a la conectividad y la seguridad con especificaciones esenciales que no desentonan ante la dispersa proliferación de nuevos servicios y sistemas.

ESTILO

Si tuviéramos que definir su imagen con un único adjetivo este sería potente. Matizando habría que fijar la vista en los múltiples detalles que reafirman sus líneas como la postura poco elevada o las formas precisas y esbeltas que realzan cada pliegue de la carrocería.

En el frontal, el acabado en pico del capó corona los estrechos faros LED y la peculiar silueta de las luces de circulación diurna. Debajo, la amplia parrilla inferior de trazos longitudinales le confiere una sensación de mayor anchura, guarnecida en esta ocasión por un spoiler de estilo deportivo y las luces antiniebla que encastradas en los flancos, casi pasan desapercibidas.

Visto de perfil, la baja altura del techo reduce el centro de gravedad, un recurso indispensable para ofrecer menos resistencia al viento. No hay que olvidar que la eficiencia de un modelo no se mide únicamente por las características de su propulsor.

Su arquitectura alargada junto al aspecto pronunciado de los pasos de rueda refuerzan su silueta atlética desembocando en el portón del maletero con pliegue superior en forma de alerón. Los grupos ópticos posteriores de diseño envolvente también son de LED y junto al trazo final de la línea de cintura  ofrece una expresión de gran amplitud a toda la zaga.

SOBRE TODO CONFORTABLE

A bordo hay mucho espacio disponible. Sentado al volante la sensación es de ir en una posición baja abriéndose ante el conductor un amplísimo campo de visión a través del parabrisas y la zona acristalada lateral. Delante surge un nuevo decorado. Los materiales y formas del salpicadero se exponen con un cierto aire de sofisticación al tiempo que su diseño delimita sutilmente la zona de influencia reservada únicamente al conductor compuesta por el cuadro de instrumentos con pantalla informativa, el volante multifunción y el panel central donde se aloja el selector del cambio y los controles del modo de conducción y EV eléctrico.

En posición central y sobre el eje central se sitúa la pantalla principal que incorpora el sistema multimedia Toyota Touch 2 con Go compatible con Android Auto y Apple CarPlay. A través de los mandos de la derecha del volante, el usuario puede cambiar de interfaz transitando a través de la información sobre la navegación,  el audio, el funcionamiento de los sistemas de asistencia a la conducción e incluso de los datos de eficiencia del sistema híbrido.

El control del climatizador bi-zona, situado por debajo, ofrece un control de temperatura independiente para el conductor y el pasajero delantero. Los asientos, tapizados en piel, disponen de una buena sujeción lateral y en la variante ‘Alisio’ de nuestra versión de prueba tanto el usuario como el acompañante disponen de ajuste eléctrico y asiento calefactado.

Los pasajeros de los asientos traseros disfrutan de un espacio relajado, realmente amplio para las piernas y a la altura de los hombros y la cabeza. Existen dos formatos de asientos, abatibles como los de nuestra versión con división 60:40 para ampliar el volumen de carga de 524 litros, y con asientos traseros reclinables eléctricos reservados a la variante ‘Agua’, la más equipada.

Con estos argumentos, la octava generación del Camry desarrollado sobre la nueva plataforma TNGA-K se convierte en una buena referencia en la categoría teniendo como principales rivales al Volkswagen Passat, Peugeot 508, Ford Mondeo y el Skoda Superb en sus nuevas versiones con motor híbrido. Sin duda, el sistema eléctrico híbrido autorrecargable marca la diferencia. Una combinación de eficacia comprobada, con un funcionamiento que sorprende por la casi ausencia de ruido, con una respuesta acorde a la filosofía de la marca.

EFICIENCIA

El Camry, como el resto de la gama Toyota, confía su rendimiento a la probada tecnología híbrida proporcionada en esta ocasión por el nuevo motor Dynamic Force de 2.5 litros, el mismo utilizado en la última edición del RAV4. En él se fusionan una mayor potencia con una respuesta muy acorde al ideario de una berlina de representación, es decir, un funcionamiento suave y refinado con una elevada eficacia de combustible –el consumo combinado en nuestro caso no superó los 5,3 l/100km-.

El sistema rinde 218 CV y desarrolla un par máximo de 221 Nm. En los momentos de mayor exigencia – modo Sport- la sonoridad del sistema de transmisión tipo e-CVT se hace más evidente. En el resto de los casos  –modos Eco y Normal- sorprende por su bajísima rumorosidad. Los tres se pueden utilizar cuando se circula en modo sólo eléctrico EV aunque como es lógico las diferencias en cuanto a autonomía son notorias.

El sistema incorpora una nueva tecnología de cambio secuencial Shifmatic que permite simular los cambios de marcha de una transmisión automática de seis velocidades. También es nueva la función de control automático de deslizamiento, una especie de freno motor que procura una deceleración más lenta cuando nos aproximamos a un semáforo o a una zona de detención y que mejora la eficiencia del sistema.

SAFETY SENSE, SEGURIDAD SIN RESERVAS

Toyota sitúa la seguridad entre sus prioridades de tal manera que no existen excepciones al ofrecer en todas sus versiones los mismos asistentes activos a la conducción. Los sistemas se basan en cámaras y radares de ondas milimétricas englobándose en torno al concepto Toyota Safety Sense que incluye sistema de seguridad precolisión con detección de peatones, control de crucero adaptativo a cualquier velocidad, avisador de cambio involuntario de carril, control de ángulo muerto con sistema de alerta de tráfico cruzado posterior así como control inteligente de luces de carretera y reconocimiento de señales de tráfico. A su vez la carrocería ha sido diseñada para absorber los impactos y dispersar la energía de colisión para evitar en lo posible la deformación del habitáculo.

 

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