El Salón del Automóvil de Frankfurt se ha convertido tradicionalmente en el mejor escaparate para conocer de cerca las novedades que nos van a acompañar en el mercado en el futuro más inmediato. Uno de estos desafíos será sin duda el Mazda CX-5, un SUV compacto que hereda la fortaleza escénica de su hermano mayor, el CX-7, y provisto de la nueva tecnología de SKYACTIV.
Esta tecnología integral utilizada por Mazda afecta principalmente a la eficacia del motor mediante la adopción de nuevas transmisiones más compactas o soluciones como el sistema de corte del ralentí pero también tienen influencia sobre las distintas plataformas empleadas haciéndolas más ligeras, resistentes y aerodinámicamente eficaces. Este modo de entender el desarrollo de un vehículo se ha realizado manteniendo los conceptos básicos que han convertido a Mazda en un referente en la construcción de vehículos no sólo visualmente atractivos sino enormemente seguros y eficientes.
La comercialización del nuevo Mazda CX-5 está prevista para principios de 2012 y vendrá acompañado de dos motores uno de gasolina y un diesel. El primero corresponde al Mazda SKYACTIV-G de 2 litros y el segundo al SKYACTIVE-D de 2.2 litros, este último disponible en dos niveles de potencia. Cada propulsor ofrece una relación de compresión récord de 14:1 que mejora su eficacia. Además se ha conseguido unas prestaciones medioambientales excepcionales rebajando las emisiones de CO2 por debajo de los 120 g/km en el caso del motor SKYACTIV-D de 2.2 litros con el nivel más bajo de potencia y caja manual.
El CX-5 que se mostrará en septiembre en Frankfurt será el primer modelo de producción que mostrará la nueva imagen desarrollada por Mazda (lenguaje de diseño KODO) donde se incluye un nuevo diseño del frontal que caracterizará a sus próximos lanzamientos y un estilo que infunde enorme dinamismo.
