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Mercedes SL: deportivo y más ligero que nunca

  • Traerá consigo dos primicias: el Frontbass y el Magic Vision Control

Y decimos emblemático porque la mecha del SL se prendió hace ya sesenta años. Y como es norma en esta larga tradición, siempre este roadster con techo rígido retráctil trae de la mano alguna novedad importante. En esta versión de 2012 que se presentará en enero en el Salón del Automóvil de Detroit está construido por primera vez casi por completo en aluminio y pesa hasta 140 kilogramos menos que su predecesor. Sólo la carrocería ahorra 110 kilogramos al conjunto.

Y es que la nueva generación del Mercedes-Benz SL se toma al pie de la letra el significado de la famosa sigla ‘SL’: deportivo y ligero. Al igual que en el modelo fundador de la saga —el SL de 1952 con bastidor tubular ligero—, la reducción sistemática del peso es uno de los rasgos constructivos más destacados del nuevo SL. Es la primera vez que Mercedes-Benz produce en grandes series una carrocería básica íntegramente de aluminio. Son muy pocos los componentes fabricados utilizando otros materiales. Para la protección tras el depósito de combustible, por ejemplo, los proyectistas han elegido un material aún más liviano, el magnesio. Por motivos de seguridad, en los montantes delanteros se integran tubos de acero de alta resistencia.

El fabricante afirma que la mayor rigidez de la carrocería constituye la base de un comportamiento de marcha bastante más deportivo, preciso y ágil, sin mermar el confort de rodadura y de conducción. Esto se debe al concepto de construcción ligera inteligente con componentes optimizados en función de la finalidad prevista. Así, por ejemplo, se emplean distintos tipos de tratamiento del aluminio. Según su función, los componentes se fabrican por fundición en coquilla o por fundición inyectada en vacío, se procesan a partir de perfiles extrusionados o se incorporan en forma de chapas de aluminio de distinto grosor.

Y si hablamos de placer de conducción, en Mercedes-Benz eso significa capacidad de aceleración, dominio a cualquier velocidad y agilidad en curva. En todo, el nuevo SL está diseñado para sentar cátedra. Por ello su gama incluirá potentes motores y un tren de rodaje deportivo en el que para reducir las masas no suspendidas en ambos ejes se han fabricando en aluminio distintas piezas.

El nuevo SL se ofrecerá con dos sistemas de suspensión diferentes: en la versión de serie, una de regulación semiactiva de los amortiguadores y, opcionalmente, el control activo de la suspensión ABC (Active Body Control). Ambas variantes del tren de rodaje se combinan con una nueva dirección directa electromecánica con servodirección variable en función de la velocidad y un engranaje cuya desmultiplicación se modifica con el ángulo de giro del volante.

Hasta un 30% menos de consumo

En cuanto a mecánicas, el más impresionante es el V8 del SL 500, un motor de 435 CV a partir de sus 4.663 centímetros cúbicos. El downsizing también afecta al SL, que a pesar de reducir su capacidad en unos 0,8 litros, incrementa su poderío en un 12 por ciento. El cambio merece la pena, porque además de ese plus de caballos, se aumenta el par motor de 530 a 700 Nm (+32%) a la vez que se recorta el consumo en un 22 por ciento. Pero el ahorro más importante se logra en el nuevo 3.5 V6 del SL 350, que con 306 CV, 370 Nm, reduce su consumo de gasolina en un 30 por ciento para ofrecer como dato oficial 6,8 litros a los 100 km. Increíble.

Ambas variantes de motorización están equipadas con una función de parada y arranque ECO y el cambio automático 7G-Tronic Plus optimizado desde el punto de vista de la eficiencia y el confort. La frugalidad de los motores BlueDirect no diezma el temperamento de este roadster. Al contrario: el SL 350 acelera en 5,9 segundos de cero a 100 km/h -tres décimas antes que su antecesor- y el SL 500 tarda 4,6 segundos en acometer este sprint: ocho décimas menos que el anterior SL 500.

Único en su género

Como decíamos, Mercedes-Benz siempre se reserva alguna primicia en modelos que, como el SL, tienen reservado un altar en su historia centenaria. El SL estrena el sistema Frontbass y el limpiaparabrisas adaptativo Magic Vision Control, ambos únicos en su género y de serie en todas las versiones. El primero aprovecha el espacio libre en las estructuras huecas de aluminio delante del espacio para los pies como caja de resonancia para los altavoces de graves. El resultado es una reproducción nítida de este tipo de tonos, incluso circulando a cielo abierto. En cuanto al Magic Vision Control, es un sistema limpiaparabrisas inteligente y de gran efectividad cuya conduce el líquido lavacristales hasta la falda de la escobilla a través de unos canales integrados. Su ventaja, siempre según información de la marca, es que se evita la típica cortina de agua que acaba entorpeciendo la visión al accionar el limpiaparabrisas, además de optimizar su lavado.

No es primicia, pero sí novedad en esta sexta generación del SL que pueda equiparse con tres variantes: techo pintado, techo de cristal o el singular techo retráctil panorámico con Magic Sky Control en el que la transparencia del cristal puede regularse con un pulsador.

A la hora de configurar la nueva generación del SL, los diseñadores han partido de la singular tradición de esta familia de modelos, completándola con nuevas perspectivas y visiones para crear un vehículo genuino. Al final del capó largo y tendido se encuentra el habitáculo compacto en posición atrasada. El vehículo termina en una zaga ancha y robusta de aire rebelde. El amor por el detalle, su marcada zaga y las rejillas de ventilación con perfiles cromados del repertorio de elementos tradicionales y dinámicos de Mercedes-Benz acreditan ópticamente el parentesco del nuevo SL con el mítico fundador de esta estirpe.

La clásica parrilla erguida del radiador delata al nuevo SL como miembro distinguido de la actual familia de turismos deportivos de Mercedes-Benz. La estrella central es una reinterpretación moderna del famoso emblema de la marca. Sus dinámicos faros en posición oblicua y muy exterior –equipados de serie con el Intelligent Light System (ILS)- flanquean el marcado frontal y dotan a este nuevo roadster de un rostro propio e inconfundible.

Más envolvente

También se respeta la tradición en su interior, cuyo carácter lo marcan los materiales selectos acabados con precisión y el amor por el detalle. En comparación a su antecesor, la sexta generación del SL crece claramente en longitud (+50 mm) y anchura (+57 mm), ofreciendo así más espacio en el habitáculo para lograr un mayor confort. El espacio a la altura de los hombros (+37 mm) y la anchura entre codos (+28 mm) son mayores que hasta ahora y superan las dimensiones habituales en esta categoría de vehículos.

En este habitáculo, las líneas claras configuran un interior de formas armoniosas. Las abundantes molduras de madera que encontramos tanto en la consola central como en el tablero de instrumentos y en las puertas logran un agradable efecto envolvente. Se puede elegir entre tres tipos de madera y dos molduras de aluminio en diferentes acabados. Como corresponde al carácter de un roadster, el habitáculo conjuga el tono austero de un deportivo de altas prestaciones con el ambiente de estilo y confort que se espera en un vehículo de lujo.

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