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Iván Armas: "Me lo creí a partir del cuarto tramo"

  • Su M3 hizo los nueve tramos con el mismo juego de neumáticos
  • Volverán a correr en el Rally Villa de Teror, ya en septiembre

Para cualquier piloto, la copa de su primera victoria es un premio sin precio posible. Un fetiche que, como tal, acaba ocupando un lugar preferencial en la estantería de su salón. Iván Armas la regaló nada más llegar a la asistencia tras la entrega de trofeos. “Modesto Martín había estado trabajando hasta la madrugada para reparar la caja de cambios del coche, que había empezado a fallar el mismo jueves antes del rally. Si no llega a ser por él y por todo la gente de mi equipo, no habría podido siquiera salir”, apunta el grancanario, sexto clasificado en el provincial de Las Palmas y décimo del regional tras este resultado. (Ver crónica XXXV Rally Ciudad de Telde)

Iván subraya el papel de Modesto sin querer dejarse en el tintero a nadie, desde el primero hasta el último –“todos gente desinteresada que no cobra un duro por estar en la asistencia”, asegura-, pero no puede dejar de rescatar a uno en concreto, el sufridor del asiento derecho, Pity Ramos. “Él es mi centralita, el que me dice cómo ir, dónde atacar y cuando levantar el pie. El que me domestica”, bromea Armas, que hasta hace poco arrastraba el sambenito de ser demasiado dado al espectáculo y poco efectivo de cara al crono. “A veces cuesta controlarme, pero Pity es quien me gobierna cuando estoy en el coche. Buena parte del mérito del resultado de Telde es de él”.

A pesar de la gloria final, el del pasado sábado fue un rally de muchos nervios para Armas y Ramos. Los abandonos de Ponce y Machín les lanzaron a la primera posición, pero las dudas sobre algunos cronos les hizo dudar. “Llegué a la asistencia tras el primer bucle sin saber si era primero o tercero. Cuando me dijeron que éramos líderes no me lo creía, pero a partir del cuarto tramo empezamos a creérnoslo y eso se notó en los cronos. Aún así, estaba muy nervioso”, reconoce Iván, que llegó incluso a repostar gasolina de 95 octanos por error de cara al tercer bucle. “Tenía la cabeza en otro sitio, aunque lo peor fue el trompo del último tramo. Sabía que no habíamos perdido mucho, pero siempre tienes la duda de qué habrá hecho el que va detrás de ti. Sufrimos bastante, pero ganamos”.

Y eso con el mismo juego de neumáticos durante los nueve tramos y, aún peor, los mismos con los que hizo la Subida a Arucas hace un mes. Son… gajes del bolsillo. “No puedo permitirme el lujo de acostumbrarme a estrenar gomas en cada sección porque somos un equipo muy humilde. Este juego era un compuesto blando y aunque todos iban eligiendo duros por el calor, creí que al ser cortos resistirían. Afortunadamente no me equivoqué”, concluye Ivá Armas, que se subirá de nuevo a su BMW M3 de cara al Rally Villa de Teror.

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