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Un paseo por 'The Ring'

  • Curva a curva, los veinte kilómetros del mítico trazado alemán

Volvemos casi al principio de estos especiales dedicados al Nordschleife, la antigua versión del circuito de Nürburgring. Volvemos al gusanillo en el estómago, a los nervios de saberse en la lanzadera de uno de los trazados más maravillosos del mundo, a esa zona de conos tras la que no hay vuelta atrás para recorrer, punto por punto, los sectores clave para lograr un buen tiempo por vuelta y algunos de los lugares más emblemáticos. Atravesamos el carril de conos, respiramos hondo, pisamos a fondo el pedal hasta sentir el kick down y…

Tiergarten: Recta larga con bajada y subida, seguido de dos curvas muy rápidas que se pueden hacer a fondo. Al final de este punto, la velocidad está en torno a los 200 km/h. Es importante trazar lo más recto posible para no perder tiempo.

Tribuna 13: Frenada fuerte (con bache incluido) mientras nos situamos a la izquierda de la pista, con curva de derechas seguida de otra izquierda y derecha. En este punto es donde dejamos a nuestra izquierda el circuito de Formula 1. Le sigue una curva con frenada fuerte en bajada en la que puedes abrirte mucho saliéndote de la línea que hay marcada en el suelo. La salida es ancha y puedes abrirte aprovechando toda la pista. Zona de tercera velocidad.

Hatzenbach-gheschlängel:  Llegamos después de dos virajes de derechas; la primera se hace a a fondo y la siguiente con un quita miedos. Desde ahí comienza una sucesión de enlazadas de izquierdas-derechas, en las que puedes aprovechar algunos pianos.

Hocheichen: La última derecha-izquierda antes de una recta de 700 metros. Aquí hay que aprovechar toda la pista, subiéndote al piano y saliendo a la mayor velocidad posible abriendo de nuevo la trazada. Se puede pasar sobre los adoquines que hay a la salida de la última curva.

Quiddelbacher Höhe: La recta de 700 metros mencionada anteriormente termina en un rasante brutal, completamente ciego, al que llegas en quinta velocidad. Un ejercicio de fe con patente Nordschleife que se negocia a fondo por el lado izquierdo de la pista.

Flugpaltz: Nada más coronar el rasante frenamos, pero manteniendo la quinta velocidad en el cambio. El sector de ‘Flugpatz’ se compone de dos curvas de derechas muy rápidas que se pueden hacer a fondo después de la anterior frenada. Hay que atacarlas pronto, ya que la segunda se abre.

Schwedenkreuz: Tras una bajada fuerte de 900 metros llegamos a otro rasante ciego en el que llegamos en sexta en torno a 220 km/h. Nada más pasar la cresta, reducimos un poco la velocidad buscando el margen derecho de la pista para abordar una  de izquierdas muy rápida que enfilábamos en torno a 160 km/h y con la obligación de cerrarse pronto.

Aremberg: Frenamos muy fuerte y, con el coche siempre recto, engranamos tercera y trazamos una de derechas con el vértice más bien tarde. Hay unas líneas en el suelo que te indican el punto en el que tienes que cerrarte que, en este caso, son una buena guía. A la salida, es conveniente aprovechar bien la pista porque sigue otra ‘recta’.

Fuchsröhre: Venimos de una bajada impresionante con una serie de pequeñas curvas muy abiertas que se trazan recto. Llegamos a un punto donde la bajada se convierte en subida que dibuja una semicurva de izquierdas muy rápida y que se traza por dentro llegando a unos 210 km/h. De nuevo a abrirse para buscar la siguiente zona.

Adenauer Forst: Se pisa el piano de la izquierda buscando suavemente el de la derecha dibujando en tiralíneas una mini recta, aunque siempre pegándonos al exterior de la pista para allanar el camino de cara a una izquierda cerrada de 90 grados, punto que -dependiendo del coche- se negocia en segunda o tercera. Hay una buena referencia en la valla que queda a nuestra derecha (una pintada de color naranja) y se ha de trazar tarde, de nuevo sacrificándola para preparar otra de derechas que se abre al final.

Metzgesfeld: Trazamos recto un ligero giro de izquierdas abriéndonos de nuevo para abordar esta curva. De nuevo una izquierda rápida en la que vemos la salida. Superada, hay que intentar poner el coche recto para dirigirnos a una frenada fuerte en la que hay que bajar dos marchas y a abordar un nuevo viraje de izquierdas que se estrecha al final y en la que el coche tiende a perder el morro.

Kallenhard: Nada más dejar Metzgesfeld viene esta curva de derechas que se hace en bajada y de la que no vemos la salida. Es un punto comprometido porque no hay prácticamente escapatoria y al hacer la frenada en bajada hay que tener cuidado. Puedes comerte el vértice un poco antes de lo previsto y hacerla más por dentro de lo que podría parecer.

Wehrseifen: Saliendo de la anterior hay un zig-zag de izquierda derecha en bajada, con un bache al inicio, en la que hay que frenar un poco y trazarlas cerrándose pronto ya que ambas son muy abiertas. Luego viene una complicada curva de derechas de triple vértice que enlaza con una de izquierdas cerrada llamada Wehrseifen. La frenada es delicada ya que si pisas al máximo con el coche apoyado al máximo te puede hacer algún movimiento extraño. Lo mejor es frenar de dos veces, una a la salida de la derecha triple y, otra, justo después, antes de abordar la izquierda. El vértice hay que buscarlo tarde para acelerar pronto ya que sigue una recta de 600 m.

Breidscheid: Después de ese tramo recto viene un ligero giro de derechas que se hace a fondo en cuarta para frenar pegado al lado derecho y coger pronto el vértice de izquierdas. Hecho esto toca abrirse y volver a buscar la izquierda ya que viene una bonita curva en subida.

Ex muhlë: Llegas en tercera pegado a la izquierda, frenas y la trazas pronto. Tiene mucho agarre porque es una subida fuerte y, sello de la casa, no se aprecia la salida del viraje. Sigue una recta con una pequeña pendiente y un nuevo giro a la izquierda que se hace a fondo. Esta es la famosa curva en la que tuvo el accidente Niki Lauda en 1976. De nuevo, no se aprecia la salida.

Bergwerk: Vienes pegado al margen izquierdo de la pista y frenas fuerte en una pequeña bajada en tercera velocidad. Esta curva es difícil de trazar, la salida es ciega y hay de intentar salir lo más rápido posible.

Kesselchen: Esta es una zona muy rápida con dos curvas de izquierda que se hacen a fondo. Son ciegas, pero de esas que hay que negociar con fe si te quieres llevar a casa un buen crono. Aquí la pista sube, baja y vuelve a subir ligeramente. Esta serie de curvas se afrontan en quinta a fondo.

Klostertal: Curva de izquierdas ciega a la que se llega realmente rápido. Le bajamos un cambio pisando los adoquines de la derecha y volvemos a acelerar a fondo para coger en bajada otra derecha ciega.

Steiltrecke: Horquilla de derechas de tercera velocidad cuyo inicio es en bajada y su tramo final en subida. Es una curva antipática de la que hay que retrasar un poco el vértice para luego hacer una línea recta en subida.

Karussell: Es la curva más famosa del circuito. Esencia de Nürburgring. Es una paella que en el interior tiene un peralte de treinta grados. El pavimento es de cemento y asfalto rugoso. El coche agarra mucho con lo que conseguimos una velocidad de entrada muy buena aunque para ello es fundamental entrar recto al peralte. Además, se puede ir ganando punta paulatinamente haciendo su salida en torno a los 90 ó 100 km/h. El coche apoya muy bien aunque está bacheada por los cambios de pavimento.

Hohe acht: Sales del Karrusell en subida y se abordan unas enlazadas. La primera es una izquierda que se hace a fondo; seguidamente nos colocamos en el lado derecho y, quitando un cambio a la altura del piano, nos tiramos pronto a la izquierda-derecha para volver a abrirnos al final para comerte pronto la última derecha.

Edwigshöhe: Nada más decir adiós al anterior sector nos topamos con esta curva larga algo peraltada. Aquí también el coche apoya bien y se traza abordándola pronto por dentro. Es una sección para apurar la tercera velocidad.

Wipperman: Famosa por sus pianos, hay que cortar por dentro las dos curvas enlazadas para hacer lo más recto posible el recorrido. Primero hay que esperar un poco para antes de tirarnos a atacarla, pero desde que se divisa el interior de cemento hay de meter dirección pasando por encima de él.

Eschbach: Saliendo de una curva de derechas en subida en la que el coche tiende a de nuevo a morrear un poco, abordamos un nuevo giro a la izquierda con la frenada en bajada. Esta es conveniente trazarla como dentro-fuera-dentro, es decir, como si hiciéramos un solo giro de volante muy redondo porque tiene dos picos. Mantenemos la última punta por dentro para posicionarnos atacando la siguiente curva.

Brunnchen: Son dos derechas que se unen a través de una recta que baja y sube, al estilo de una rampa de skateboard pero mucho menos acentuada y más larga. Si sales bien posicionado de la anterior se puede atacar (ni pronto ni tarde) abriéndonos mucho al lado izquierdo subiéndonos incluso completamente a los adoquines. Al final, se aborda una ‘ese’ de izquierda-derecha con la salida de esta última abriéndose.

Planzgarten: Saliendo del anterior sector, el trazado baja mientras nosotros hemos de sacrificar, hasta la altura del pianillo, la curva de izquierdas. Posicionamos el coche recto y nos preparamos para un cambio de rasante muy fuerte en el que los que llegan exageradamente rápido pueden llegar a saltar. Se recomienda frenar en dos fases: la primera antes de llegar a coronar el rasante y, la segunda, una vez el coche haya apoyado en la bajada. Quitamos un cambio y afrontamos dos de derechas rápidas tratando de buscar los vértices haciendo dos curvas en una, como en la izquierda previa a Echbach. Desde aquí atacamos una izquierda que se hace a fondo por dentro, nos abrimos hasta los adoquines exteriores y seguimos todo el tiempo a fondo en quinta a través de una bajada muy fuerte y unas ligeras derechas-izquierdas que se hacen a fondo. Son ciegas, no por el radio, sino porque todas son en rasante. Para muchos, una de las zonas más bellas y sin duda, uno de los puntos que exige más valor porque al margen de los sucesivos rasantes está muy bacheada y el coche está permanentemente rebotando.

Schwalbenschwanz: Después de esa zona de quinta a fondo viene una izquierda en la que la pista sube. Se ataca en cuarta sacrificando la salida para situarnos en el margen derecho de la pista y abordar un giro de izquierdas que acaba estrechándose. Schwalbenszchwanz es un pequeño Karussel pero menos peraltado que se ataca por dentro desde el inicio hasta el final. Si te sales del peralte antes de tiempo corres el peligro de perder tracción y que el coche te escupa hacia el exterior.

Dottinger Höhe: Son las dos últimas curvas de derechas, la primera más corta y la segunda más larga y peraltada. Se hace en cuarta aunque trazando muy fino y abriéndose al final para coger la mayor velocidad posible, ya que da pie a enlazar la larga recta donde se acaba el recorrido. Es aconsejable aprovechar la recta para refrigerar los frenos y el motor, ya que has de aminorar la marcha para salir del circuito.

Autor
Néstor Santana
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