Independientemente de su resultado, es obvio que Robert Kubica ha sido el protagonista de este Rally Islas Canarias. Más incluso que Jan Kopecky. El polaco de Citroën ha demostrado que los halagos de pilotos como Fernando Alonso no son ni mucho menos gratuitos.
Prensa, público e incluso rivales coinciden: Robert Kubica tiene un talento inmenso. Todo el mundo se ha rendido a este piloto que venía rodeado de una aureola que los puristas de los rallies no tenían muy claro de dónde provenía. Si de su condición de ex de la F1 como le sucedió a Kimi Raikkonen; si del hecho de ser un deportista que sobrevivió a un accidente gravísimo con todo lo que supone esto en cuanto a tirón mediático; o simplemente de su calidad como piloto.
Hoy, lunes 25 de marzo de 2013, parece bien claro que su talento precede a cualquier otra consideración. Lo que hizo en la etapa del viernes, por mucho que el DS3 RRC sea el hermano del DS3 WRC y que Citroën Racing dotara a PH Sport de todo el arsenal de su departamento de competición –Yves Matton incluido en el pack– para este fin de semana, es de ser un súper clase. Y si tienen dudas, echen un vistazo a la cámara on-board del primer tramo de Moya.
No importó que el polaco estuviera algo esquivo. El respeto de los aficionados se lo ganó en la carretera y todos lamentaron su abandono cuando golpeó una valla en el décimo tramo, el de ‘San Bartolomé de Tirajana’. Kubica resumió de esta manera lo sucedido en una rueda de prensa improvisada en el hotel donde se hospedó: “Un pequeño problema tratando de controlar el coche se convirtió en uno grande debido a que la carretera era muy estrecha”.
Se ha hablado mucho sobre la sucesión de accidentes que ha sufrido Robert desde que regresó a la competición tras su accidente. En este sentido explicó que este nuevo abandono no se debió a que fuera por encima de sus límites. “Nuestro ritmo no era de ataque máximo. Simplemente calculé mal cómo era de pronunciado el descenso. No es una excusa, pero en alta velocidad teníamos falta de agarre detrás y lo debería haber tenido en cuenta. Por desgracia no lo hice”.
Kubica tiene experiencia suficiente ya para saber que estas cosas “no deberían ocurrir, pero ocurren”. “Así son los rallies. Se cometen pequeños errores pero por desgracia pueden llegar a costar mucho. Si esto hubiera ocurrido en la parte ancha del tramo no habría pasado nada. Este tipo de jornadas no son agradables, pero hay una cosa clara: es una lección difícil, pero es una lección que espero que me sirva como experiencia para el futuro”.
Los responsables del área deportiva del ERC premiaron su valentía y su rapidez –logró el pleno de scratch en los ocho tramos del viernes– con el Colin McRae Flat Out Trophy.
