COCHES
Prueba

Golf GTI: Apúntante a la 'GTIterapia'

  • La introducción del control vectorial de par es un gran acierto
  • La electrónica refuerza su condición de 'deportivo para el día a día'

Es difícil extraer unas sensaciones bien claras cuando, en suma, sólo has podido dar un par de vueltas y hacer una prueba de frenada con el nuevo Volkswagen Golf GTI. Aún así, hemos querido extraer unas primeras conclusiones sobre uno de los compactos deportivos más deseados del mundo en este contacto a cuatro manos que mantuvimos un servidor y mi compañero Agustín Déniz.

El importador de la marca, Volkswagen Canarias, hizo una versión aún más corta de la –a su vez– variante corta del Circuito de Maspalomas. Por tanto menos de dos kilómetros cercenando la recta de meta y privándonos de la primera parabólica que da pie a otra recta con el primer viraje cerrado de derechas cuya entrada es la prueba del algodón a la hora de saber qué tal se defiende un coche en una frenada con fuerte apoyo. Hecha esta aclaración, hay sensaciones que deberíamos matizar, pero en general el nuevo GTI nos pareció ser más estable al negociar la entrada de las curvas y muchísimo más cuando ya estás en harina y la dirección juega un papel protagonista.

Hay marcas, y hay coches, a los que se les llena la boca hablando de siglas, electrónica o primicias mundiales en tal o cual cosa y cuando llega la hora de la verdad, nada. El papel, está claro, lo aguanta todo, pero en coches de aspiración deportiva la realidad acaba emergiendo. En el caso del Golf GTI, precedido de la tremenda inyección tecnológica que ha traído consigo la séptima generación del compacto alemán y la famosa plataforma MQB, corría el riesgo de quedar en evidencia que, de todas esas posibilidades de equipamiento en forma de asistentes destinados al confort y la seguridad, poco tienen que ver con el espíritu de estas siglas míticas. Pero con total acierto, esta versión también trae bajo el brazo la evolución del diferencial electrónico de deslizamiento limitado XDS+, la nueva dirección asistida más directa o el control vectorial de par, amén del ESC con tres modos y el selector de perfiles de conducción asociado opcionalmente al sistema de suspensión adaptativa electrónica DCC. 

Tanto en el slalom entre conos como en las vueltas al circuito, lo que más nos convenció fue el fantástico comportamiento del tren delantero, responsabilidad de la nueva dirección que la marca llama ‘directa activa’ y que se diferencia por un radio de giro más reducido y también, por su mayor dureza, por transmitir un mayor caudal de información y más fiel al conductor. Cuando se ‘corta’ el viraje y se acelera con fuerza entra en acción, además del control de tracción, el XDS+ y el control vectorial de par. Ford fue el primero en introducirlo en la categoría de los compactos y con total acierto ahora Volkswagen arma su Golf GTI con este dispositivo cuya función es neutralizar esa sensación tan desagradable de que la dirección flota cuando giramos el volante a la vez que ejercemos presión sobre el acelerador.

Pequeñas evoluciones

Respecto al XDS+, es una evolución del mismo sistema que estrenó el GTI VI y que actúa frenando de manera selectiva las ruedas interiores de la curva en ambos ejes. Es difícil saber hasta qué punto es aún más efectivo que el primer diferencial electrónico de deslizamiento limitado, pero su utilidad está fuera de toda duda cuando se trata de acercarse al límite en un circuito. En definitiva, una manera de rodar que irradia calidad y que hace buena la inversión en tecnología de esta nueva versión. 

El otro componente que ayuda a hacer de la experiencia de conducción en curvas comprometidas algo adictivamente satisfactorio es el equipo de frenos. Aquí el tope lo marca la versión Performance –no había ninguna disponible en esta toma de contacto en el sur de Gran Canaria– pero en general nos pareció correcto.

En suma, si tenemos un coche que encara el viraje con seguridad y diligencia; que mantiene perfectamente la compostura cuando se anda en busca del vértice de éste y sale en busca de la próxima curva como si anduviera sobre raíles, obviamente en Volkswagen pueden estar tranquilos porque la aureola de coche con marchamo deportivo pero útil para el día a día no sólo está a salvo sino que sale aún más reforzado en la séptima generación.

Patada de par

Y esto sin entrar a valorar el esplendoroso motor 2.0 TSI de 220 CV (230 en el GTI Performance cuyo precio es alrededor de 1.200 euros superior). Más que esos 10 CV extra que en realidad son la plasmación de esa permanente evolución de esta saga cuyo primer integrante llegó con 110 CV en 1976, lo que más y mejor se aprecia en una conducción al ataque es la inyección de par motor, con 350 Nm por los 280 Nm de su antecesor.

Probamos el Golf GTI con el cambio manual de seis velocidades y la sensación, era similar a la de un diesel muy potente; una patada de par considerable, capaz de salvarnos de algún despiste con la palanca, pero a la vez con una banda de revoluciones mucho más abierta y que permite no ir siempre muy colgado del ‘cuentavueltas’. Recuerden que este coche acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y su velocidad máxima es de 246 km/h. Nada mal para un coche que sirve de igual forma para darse una sesión de ‘GTIterapia’ en un circuito –se te pasan todos los males–, como para llevar a los niños al colegio.

En este sentido, el de deportivo para el día a día, el nuevo GTI también vuelve a reforzar una de sus razones de ser. La electrónica ha ayudado a hacer de él un coche mucho más previsible y noble incluso al conducirlo como se debe conducir en circuito con la presión de un cronómetro que corre en tu contra. Un deportivo para el día a día y, también, un deportivo para conductores que no tienen por qué tener una foto en el ‘Infierno Verde’ en su álbum de Facebook. 

En este punto hay que recordar la reducción de consumos (tan sólo seis litros ‘a los cien) y la llegada de un arsenal de mejoras en equipamiento al añadir el sistema de regulación automática de la distancia (ACC), el sistema de observación del entorno Front Assist con asistente de frenada de emergencia en ciudad, el detector de fatiga, el freno anticolisión múltiple o el asistente de mantenimiento de carril. 

Respecto al diseño, y con esto acabamos, sólo decir desde un punto de vista totalmente subjetivo que el nuevo Golf GTI es uno de esos coches que ganan ‘en persona’. Eso y que, así como la línea del Golf VII no hacía honor a todo lo nuevo que traía consigo, los detalles como el ribete rojo que cruza el frontal de un extremo a otro, los LED oscurecidos de la zaga o las nuevas llantas resaltan más ese aire más sofisticado de esta nueva hornada del compacto alemán por antonomasia.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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