Tras los malos resultados de Jarama y Albacete, Luis Monzón y su compañero de equipo Antonio Escámez necesitaban reconducir su situación en el Campeonato de España Iber GT. Encuadrados en la categoría GTS con su Lamborghini Gallardo, el circuito portugués de Estoril era una buena oportunidad para recuperar opciones para seguir vivos en la lucha por el título que se decidirá en las dos pruebas que quedan: Navarra y Jerez.
Con una estructura atípica, esta cuarta cita del certamen era la que iba a premiar a los equipos más completos no sólo en cuanto a pilotos y mecánicas, también en estrategia de carrera. Estoril rompía la dinámica habitual de dos carreras independientes con una sola de dos horas y diez minutos que por duración se asemejaba mucho más a una prueba de resistencia, aunque la puntuación se iba a repartir según la clasificación lograda tras los primeros sesenta minutos y, los correspondientes a esa hipotética segunda carrera, al pasar por la bandera de cuadros.
Monzón y Escámez se centraron en introducir algunos cambios en la amortiguación de su Gallardo y buscar un buen tiempo de cara a la parrilla. Una calificación tampoco exenta de dificultad, ya que la posición en la formación de salida –vital a la hora de escoger una estrategia- no se iba a saber hasta pocas horas antes de la carrera. A pesar de todo, el equipo de Lamborghini Canarias tuvo un buen arranque y bordó tanto el cambio de pilotos como el de neumáticos. “Todo ha salido muy bien. Los reportajes, el cambio de neumáticos y el de conductores, todo ha sido como lo habíamos previsto y esto ha sido la mitad del resultado de la carrera”, afirmaba el satauteño, que junto a Escámez se hizo con la sexta posición absoluta y la cuarta en la categoría GTS.
“El coche se ha comportado muy bien y estamos muy contentos por ello. Tenemos muchas esperanzas puestas para las próximas citas del campeonato”, añadió Monzón.
Los GTS pudieron con los Super GT
Por primera vez en la historia del Campeonato de España de GT, un coche de la categoría GTS, es decir, la intermedia (Super GT – GT2 FIA / GTS – GT3 FIA / GT Light- GT4 FIA), fue capaz de vencer a los Super GT, que no son otra cosa que potentes GT2 FIA. No es un imposible, tal y como demostraron en Estoril los italianos Gianluca Rosa y Raffaelle Gianmaria, que se impusieron en una preciosa y diputada carrera.
Los GTS están en plena evolución. Los mejores son tan rápidos como los GT2, tanto el Porsche 997 GT3 R GTS del equipo Autorlando, como el Audi R8 de Campaniço eran los más rápidos en el final de recta con 264 km/h para el Porsche y 257 km/h para el Audi, por los 255 km/h del Ferrari F430 más competitivo en ese momento. Además, el secreto de las carreras de resistencia es tener un buen equipo, serio, profesional y rápido, y los italianos formaban un de las parejas más rápidas y equilibradas de la parrilla.
Si a todo esto le sumamos que estaban entre los que menos hándicap tenían (tiempo adicional de parada en boxes obligatorio en función de los resultado de las carreras precedentes), que nunca fallaron en sus operaciones de cambio de piloto, repostaje y paso por los boxes, y que a diferencia de los GT2 (o Super GT), y también de los GTS más gastones, los pilotos del Porsche solo tuvieron que realizar las dos paradas obligatorias y no necesitaron una tercera adicional para reponer combustible, pues está todo dicho y aclarado.
Brillante victoria para Porsche y un paso adelante en el campeonato para Francisco Cruz Martins (Ferrari F430), que fue tercero tras la primer hora y tercero al término de la carrera. Y es que aunque la prueba lusa tuvo una duración total de dos horas y diez minutos, puntuaba como si fueran dos carreras, la primera al completarse la primera hora de carrera y la segunda final de la misma. El competitivo Audi R8 de Campaniço-Figueiredo tuvo que abandonar la carrera con el cambio roto y el Ferrari de Giao-Lopez acabó retrasado renqueante con problemas mecánicos. En GT Light el equipo e la Escuela Española de Pilotos, Ginetta G50, con Oliver Campos y Kosta Kanaroglou dominó la carrera de principio a fin.
