Resulta bastante sintomático del momento deportivo que atraviesa Citroën Racing en el Mundial de Rallies –al menos como equipo oficial– cuando su nota de prensa previa al arranque del campeonato 2014 haga un largo y minucioso repaso a la historia de la marca en este certamen y, en concreto, en el Rally Montecarlo que celebra una nueva edición este fin de semana.
Parece que un cierto sentimiento de melancolía flota en el ambiente del equipo de Yves Matton que esta temporada deberá ser competitivo sin Sébastien Loeb y con buena parte de sus recursos focalizados en su desembarco en el WTCC. La suerte está echada y serán Kris Meeke y Mads Ostberg quienes defiendan el pabellón de un equipo que ha ganado en siete ocasiones en Mónaco, siempre con el nueve veces campeón del mundo al volante de sus coches.
Para bien o para mal, será prematuro extraer una lectura de la deriva que ha tomado Citroën en este mundial sólo con los resultados que obtengan en este rally. Montecarlo es una prueba muy particular por muchos motivos y si la climatología se rebela puede convertirse en una lotería en el que el boleto ganador estará en manos de quien acierte con los neumáticos.
Si nieva, el noruego Mads Ostberg puede tomar posiciones en cabeza. Sólo participó el pasado año aquí con M-Sport, pero dejó una leve impronta en el legendario tramo del Turini. “Pensaba que perdería varios minutos, porque no conseguía encontrar adherencia. Luchaba con el coche y tenía la impresión de ser totalmente impotente. En el control me quité el casco y metí el cabeza entre las manos, lleno de frustración, y me dijeron que había marcado el mejor tiempo provisional. ¡Iba por delante de todos los líderes!”.
Estas últimas semanas Citroën ha preparado a sus pilotos para lo que se les viene encima obligándoles a hacer test con slicks en nieve y con ruedas con tacos en asfalto seco. En este sentido Ostberg considera que estos entrenamientos le han servido para descubrir “todo lo que nos podemos esperar durante el rally”. “He tenido la impresión de ir bastante bien con slicks sobre nieve, aunque parecía más que estuviera patinando que pilotando… En todo caso, si pudiera elegir, pediría el máximo de nieve”, asegura.
Kris Meeke ya lleva seis ‘Monte’, la primera en 2005 con un Citroën C2 S1600, año en el que ganó en su categoría. En su opinión este rally se gana por detalles: “Entender la ruta, conseguir leer bien la superficie y reaccionar en consecuencia, es la mejor forma de vencer. Es inútil buscar un resultado concreto. El objetivo es ser regular, evitar errores y centrarse en lo prioritario: llegar a la meta. Si todo va bien, un buen resultado recompensará ese esfuerzo”.
Igual que Ostberg, el norirlandés ha tomado buena nota de esos ‘test extremos’ que preparó su nuevo equipo, una toma de contacto que, dice, “me ha permitido descubrir “el comportamiento del DS3 WRC en condiciones especialmente delicadas”. “Sobre nieve o hielo, lo esencial es tener confianza en uno mismo y en el coche. El trabajo que hemos hecho me ha hecho aprender y progresar”.
