Nuevo Mini JCW, superdotado

Se lanza al mercado la versión que corona la gama Mini y que a todas luces lleva impreso en sus genes el espíritu de la deportividad y el apego por la competición que siempre ha demostrado la marca.

Para ello el nuevo Mini John Cooper Works se dota del motor más potente incluido en un modelo de serie por la firma británica. Un cuatro cilindros de 2 litros que desarrolla 231 CV, un 10 por ciento más que su antecesor, y un par máximo que se eleva hasta los 320 Nm.

Con esta base todo invita a disfrutar de una experiencia de conducción única, desde el sonido que emana por la doble salida de escape como por su gran capacidad de aceleración, agilidad, maniobrabilidad y precisión de la dirección, características asociados también a su siempre peculiar arquitectura. En cifras, el nuevo Mini JCW acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y en términos de recuperación tampoco se queda corto permitiendo pasar de 80 a 120 Km/h en 5,6 segundos. La velocidad punta es de 246 km/h.

Como era de esperar, incluso mejorando sus prestaciones, Mini establece como premisa fundamental un alto compromiso con la eficacia optimizando su funcionamiento para alcanzar un rendimiento excepcional. A ello hay que añadir soluciones asociadas a lo que la marca denomina como tecnología Minimalism y entre las que se encuentran la función Auto StarStop, un indicador del momento óptimo para cambiar de marchas o el sistema de recuperación de energía de frenado lo que unido al uso de materiales ligeros y su particular aerodinámica contribuyen a ampliar los periodos de repostaje.

Los datos así lo corroboran con un consumo medio de 6,7 litros a los 100 kilómetros equivalente a unas emisiones de CO2 de 155 g/km. En combinación con la caja de cambios deportiva opcional de seis marchas con función Steptronic los beneficios son aún más evidentes con un consumo de 5,7 litros a los 100 km, mientras que las emisiones son de 133 g/km de CO2.

Acabado exclusivo

Resuelta la cuestión de su potencial, Mini ha puesto especial énfasis en otorgarle una imagen acorde a su carácter como ya ocurriera en las versiones anteriores. Para ello recupera su tradicional pliego de elementos de equipamiento para adaptarlos al llamativo estilo que emana de la última generación de Mini lanzada hace poco más de un año.

Así se descubre un nuevo faldón delantero con una generosa entrada de aire dividida en varias secciones, taloneras laterales específicas, perfiles más prominentes en contraste en los pasos de rueda, faldón posterior donde se integra la doble salida de escape central y el preceptivo alerón trasero. La firma luminosa compuesta por faros LED y bordeados por el anillo de luz diurna, también de diodos luminosos, contribuye a realzar su perfil como modelo exclusivo, como exclusivas son también sus llantas de 17 pulgadas modelo ‘Race Spoke’. Opcionalmente pueden adquirirse otras llantas de aleación ligera diseño ‘Cup Spoke’ de 18 pulgadas.

Para rematar todo el conjunto el futuro propietario puede escoger entre siete colores para la carrocería, incluido el color ‘Rebel Green’ metalizado, reservado únicamente a esta versión. El techo y las carcasas de los retrovisores exteriores pueden ser en color de contraste y también se pueden incorporar las franjas para el capó.

Una vez se accede al interior se hace visible el generoso espacio resultante de sus nuevas dimensiones (3,87 metros de largo, 1,72 de ancho y 1,41 de alto) así como su adaptación al diseño definido por esta versión. Sirva como carta de presentación los asientos deportivos con apoyacabezas integrados, el estilo del volante multifunción, con levas en el caso de equipar la caja de cambios automática, o los pedales en acabado en acero inoxidable. La instrumentación también es específica y el revestimiento del techo es en color antracita.

Pegado al asfalto

Junto a la palanca de cambios se encuentra un selector del modo de conducción (Mini Driving Modes) que modificando los parámetros del acelerador, el cambio, la dirección e incluso la opción del control dinámico de la suspensión, permite personalizar su comportamiento (estándar MID, Sport y Green), la apariencia del habitáculo (iluminación ambiental) y el sonido del motor.

Pero la combinación entre innovación y comportamiento no sería posible sin las precisas características de su chasis deportivo que gracias a su bajo centro de gravedad se revela especialmente estable merced a su gran ancho de vías y cortos voladizos. El sistema de control dinámico de la estabilidad (DSC) con sistema de control dinámico de la tracción (DTC), el control electrónico del bloqueo del diferencial (EDLC) y Performance Control así como el mencionado control dinámico de la suspensión (DDC) procuran ese plus de seguridad aportando esa sensación única de Mini de estar literalmente pegado al asfalto.