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Ford Edge, más madera

  • El paquete de tecnologías de confort y seguridad todo un aval
  • La oferta se concreta en dos motores diésel de 180 y 210 CV

Ford inicia la venta en España del nuevo Edge, el tercer modelo de una ambiciosa ofensiva cuyo propósito es introducir cinco nuevo vehículos en los próximos tres años en la categoría SUV y crossover.

El nuevo SUV llega con ganas de conquista. Para ello la marca lo sitúa estratégicamente muy cerca de la oferta premium con un estilo exterior elegante y un interior de alta calidad, con una combinación de acabados y materiales con ese grado justo de sofisticación.

El paquete de avanzadas tecnologías se convierten también en un argumento a su favor. Elementos como el cristal acústico del parabrisas y los laminados para las ventanillas de conductor y pasajero delantero ponen de relieve el mimo con el que se tratan aquellos aspectos que tienen que ver con el confort de los pasajeros. En este mismo sentido, los paneles inferiores de la carrocería y los forros de los arcos de ruedan así como la tecnología de Control Activo de Ruido también contribuyen a reducir los molestos ruidos que se producen en el habitáculo provenientes de la carretera, por efecto de la rodadura o del motor.

En el apartado de seguridad cuenta con el Asistente de Precolisión con detección de peatones en base a un radar que opera a velocidades desde 8 a hasta 180 km/h para detectar cualquier obstáculo delante del vehículo y que actúa de forma automática sobre los frenos si detecta riesgo de colisión.

Quizás el mayor hándicap a la hora de plantar cara a sus competidores directos provenga de su limitada oferta motriz compuesta por dos únicos motores diésel, el TDCi 2.0 de 180 CV con transmisión manual de seis velocidades y el TDCi biturbo de 210 CV con transmisión automática PowerShift de seis velocidades. Por otro lado, ambos arrojan buenos datos en cuanto a consumo y emisiones -5,8 l/100km y 149 g/km de CO2- por lo que a buen seguro se ganará el favor de un buen número de clientes comprometidos.

A ello hay que añadir las ventajas de la tecnología de Tracción Total Inteligente de Ford (AWD). Un auténtico acierto, tal como presumen sus responsables, ofreciendo un reparto desde hasta el 100 por cien del par de las ruedas delanteras a la traseras en función del agarre de forma imperceptible (el sistema mide el agarre de la carretera cada 16 milisegundos, veinte veces más rápido de lo que se tarda en parpadear). Además, informan, de que esta tiene un impacto mínimo sobre el consumo comparado con otros sistemas.

El conjunto tecnológico lo completan, entre otras soluciones, la dirección adaptativa que optimiza la respuesta de la dirección según la velocidad del vehículo y la cámara de visión frontal partida que facilita la visibilidad en cruces o en espacios de aparcamiento difíciles.

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