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Prueba

1290 Super Duke GT: La maja vestida

  • KTM siempre recurre a lo mejor de lo mejor en el catálogo WP
  • El amplio depósito facilita una autonomía de alrededor de 400 km

Conscientes de tener una de las ‘naked’ (motos sin apenas carrocería) más impactantes del mercado, en KTM han cogido su 1290 Super Duke R y la han vestido para convertirla en una rutera con carácter. Mucho carácter. Con 173 CV esperando cualquier orden de la muñeca derecha del piloto, no han tratado de domesticar a ‘la Bestia’ –como apodan a la Super Duke R–, pero su motor V2 a 75º sí tiene algunas modificaciones para suavizar su respuesta.

Con tal potencia y 144 Nm disponibles en casi un 80 por ciento desde las 3.250 rpm en un motor que estira como un poseso hasta la zona roja del 'cuentavueltas', la moderación de su temperamento se mide en matices. Pero de lo que no hay duda es que como rutera la Super Duke GT no tiene precio. Porque su motor ofrece posibilidades infinitas ya sea a velocidad de crucero en autopista o hilvanando una curva tras otra en excitantes carreteras de montaña. 

Si hay que glosar las virtudes dinámicas de la Super Duke GT hay que nombrar ese espectacular propulsor y, también, otra de las señas de identidad de KTM. El fabricante austriaco siempre recurre a lo mejor de lo mejor en el catálogo de WP y en el caso de este modelo le ha proporcionado unas suspensiones semi activas. ¿Que qué significa esto? Que el piloto, a través del mando izquierdo, puede escoger entre tres ‘modos’ de amortiguación: Comfort, Street y Sport. Este último está reservado a zonas con un perfecto tapiz de asfalto, ya que en zonas rizadas o bacheadas resulta muy incómodo. 

Cuando se compra una ‘naked’, se asume la renuncia al confort a altas velocidades. Una moto con etiqueta ‘Sports Tourer’ no puede hace ninguna concesión en este terreno, por ello KTM ha proporcionado una cúpula ajustable cuyo faro respeta el diseño puntiagudo de la Super Duke R. El propio depósito cubre mejor al piloto del golpe del viento a la vez que proporciona una gran capacidad (23 litros) para poder facilitar una autonomía de 400 kilómetros. 

En efecto, la protección aerodinámica es muy eficaz. La sensación muy placentera de conducir la Super Duke GT de KTM es mayor por la posición que se toma a sus mandos. No es ninguna casualidad que sea así. Se ha estudiado mucho el triángulo que forman el manillar adaptable en 22 mm, la altura del asiento o las estriberas rebajadas. La dureza del asiento no es un problema con el paso de los kilómetros, pero sus formas angulosas sí hacen mella en ese confort. Al ser muy estrecha en ese punto en el que se acoplan las rodillas, la sensación de control es mayor. 

A ello, a tener esa sensación, ayuda el saber que se puede jugar con el Control de Tracción (MTC) sobre sus tres posiciones seleccionables, igual que en otras KTM, a través de la piña de mandos que controla el pulgar izquierdo y con la ayuda del amplio display digital. El Sport es el ideal para una conducción libre de ataduras en carretera abierta permitiendo un deslizamiento controlado del tren trasero; el modo Street y sobre todo el Rain restringen mucho más cualquier pérdida de tracción para favorecer la seguridad. En este mismo terreno hace una aportación decisiva si se le compara con su competencia el Control de Estabilidad (MSC), ya que KTM lo integra con el primer ABS sensible al ángulo de inclinación de la moto. 

Con ella, al fin del mundo

El carácter rutero de un modelo se demuestra con hechos en la carretera, pero también con un equipamiento que ha de cubrir buena parte de las situaciones que puede encontrarse un intrépido motard viajero. Abordar tramos virados de noche puede ser más fácil mediante las luces cuneteras que se integran de manera discreta en el depósito. Mediante un sensor del ángulo de inclinación los leds de sus lámparas se activan al tumbar iluminando así el interior del viraje.

KTM es una de las marcas que más cuida los accesorios originales y para este modelo ha añadido un equipo de maletas a juego que sólo hay que acoplar al soporte integrado que sí incorpora de serie. Cubierta así la posibilidad muy habitual de tener que cargar con equipaje en trayectos largos, también pone al servicio del piloto dispositivos muy útiles como el control de crucero, el de presión de los neumáticos, el control de parada en pendiente y, para los frioleros, los puños calefactables. 

 

Fotos: MotorEnLinea.es | Estilo Motor

 

 

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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