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Audi Q5, con personalidad propia

  • La ergonomía y la calidad de acabados como signos de identidad.

El Q5 es la lógica evolución de este concepto sin embargo nace con estilo propio heredando su deportiva elegancia pero con unas dimensiones más contenidas que lo hacen más atractivo si cabe. Así se desprende de su semblante donde los faros flanquean la característica parrilla Singleframe de los últimos lanzamientos de Audi. Los diodos luminosos de marcha diurna sirven para que dicho reconocimiento se haga a más larga distancia. Como en el Q7 su silueta sigue la tendencia de estilo deportivo coupé mientras en la zaga destaca el ancho portón trasero que se extiende hasta los laterales, fabricado en aluminio al igual que el capó. La carrocería se presenta en dos versiones; S line y offroad style, esta última, con protector de bajos y llantas de 19 pulgadas que acentúan su imagen de todo terreno.

En su interior, el Audi Q5 también juega con el lenguaje de formas de Audi, eso sí, adaptándolo a su especial configuración. La ergonomía y la calidad de acabados sigue ocupando un lugar preponderante, enfatizados por la variedad de paquetes de diseño opcionales. Como elemento diferenciador el espacio que envuelve al conductor se encuentra más elevado adaptándose a la distinguida altura del asiento. Numerosos enclaves para la colocación de objetos y un maletero con un segundo espacio de almacenamiento bajo su suelo, confirman su vocación de vehículo recreacional aunque con todos los elementos necesarios de confort y entretenimiento que permiten su uso diariamente.

 El Audi Q5 está disponible con tres motores diferentes, uno de ellos de gasolina y dos TDI. Todos los propulsores combinan la inyección directa con la turbosobrealimentación. El primero de ellos se refiere al 2.0 TFSI de 211 CV, un motor de desarrollo completamente nuevo con un par de 350 Nm. Como propuesta diesel se encuentra el 2.0 TDI de 170 CV, con un consumo medio de 6,7 litros a los 100 km, y como tope de gama el 3.0 TDI, un propulsor diesel V6 con 240 CV y nada y nada menos que 500 Nm de par máximo.

 El 2.0 TDI traslada su fuerza a un cambio manual de seis marchas. En el resto de motorizaciones, Audi implementa una innovadora tecnología, el S tronic, un nuevo cambio de doble embrague con siete marchas. Todos cuentan con la tracción integral permanente quattro. En condiciones normales la relación de transferencia es de un 40:60 entre el eje delantero y el trasero, modificando dicha proporción en función de la conducción o de las características del terreno.

Como conclusión el Audi Q5 ofrece su enorme experiencia en términos de seguridad con elementos como el programa de estabilización perfectamente adaptado en función de las condiciones de carga y arrastre o el asistente de descenso que limita la velocidad a 30 Km/h cuando se enfrenta a fuertes pendientes. Estos juntos a otros muchos elementos electrónicos o de entretenimiento, llevan hasta extremos insospechables la experiencia de conducción que se puede experimentar sobre el nuevo Q5.

Autor
Agustín Déniz
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