Mégane 2016, lo han vuelto a hacer

Los más avisados seguidores de la saga Mégane ya estarán al tanto de la inminente llegada a los concesionarios de la cuarta entrega. Será el próximo mes de enero y como en anteriores ediciones Renault ha resuelto con extrema suficiencia el difícil reto de seguir manteniendo el listón en todo lo alto -líder de ventas durante 12 años en nuestro país-  ofreciendo mejoras notables respecto al modelo anterior.

Pocos vehículos de la categoría de los compactos ha sabido reinventarse una y otra vez como el Mégane. Cada generación supone un cambio absoluto y esta cuarta no es ni mucho menos la excepción. El salto evolutivo es total en su diseño, con un nuevo frontal y una nueva espalda en los que lo más característico es la firma luminosa que dejan en la retina los nuevos grupos ópticos. La guía de luz LED se prolonga por el paragolpes, acentuando así su personalidad. Las ópticas traseras, por su parte, ofrecen un efecto 3D.

Más sensual y más elegante, también cambian sus proporciones siempre bajo el principio del equilibrio. Así, el nuevo coche es 64 mm más largo, 25 mm más bajo y más ancho de vías tanto en el tren delantero como en el trasero. Donde despunta respecto a la media de la categoría es en su distancia entre ejes, casi 2,7 metros, cifra con la que se puede predecir una gran estabilidad de marcha y un interior de espacio más generoso. A propósito de espacio, el maletero alcanza los 434 litros de capacidad.

La mayor sofisticación le viene de esos nuevos grupos ópticos vistos por primera vez en el Talisman, pero también de unas formas más aerodinámicas. Las tomas de aire delanteras y las trampillas pilotadas mejoran esta característica del Mégane.

El interior se decanta hacia una vertiente ‘high-tech’, creando un ambiente que según la marca envuelve al conductor. Esto es así porque incorpora soluciones muy avanzadas y propias de otros segmentos superiores como el head-up display a color, el cuadro con pantalla TFT ya vista en el Kadjar y la pantalla de 8,7 pulgadas que, igual que en el Espace, está en formato vertical, del sistema R-Link 2.

No es lo único que toma del crossover más familiar de la marca. La consola central queda resaltada en versiones superiores mediante unos trazos de luz personalizables. También su equipo de sonido que, de nuevo en versiones top, cuenta con el marchamo de calidad de un especialista como Bose. Siguiendo con soluciones repletas de clase y confort, los asientos pueden vestirse con cinco posibles tapizados y, además de ser calefactables y reglaje lumbar, pueden contar con función masaje.

En tecnología también se salta varios peldaños para mirar, cara a cara, a modelos con aire Premium. Es el caso del regulador de velocidad adaptativo, la frenada de emergencia asistida, la alerta de cambio involuntario de carril, la de distancia de seguridad, el detector de señales con alerta de exceso de velocidad o la alarma de ángulo muerto. También asistentes como el de aparcamiento delantero, lateral y trasero, el cambio automático de luces de carretera y cruce o la cámara de visión trasera.

Como los últimos Renault más avanzados, es decir, el Espace y el Talisman, el nuevo Mégane incorpora la tecnología Multisense que permite personalizar aspectos que afectan directamente a la experiencia de conducción como la respuesta del pedal del acelerador y en la del motor, en el tiempo del cambio de marchas con una caja de velocidades automática EDC, en la función de masaje de los asientos y en el ambiente luminoso del habitáculo. Hay cinco modos diferentes. También como el Espace, se adueña del 4Control, el sistema que permite girar las ruedas traseras para ganar en deportividad, manejabilidad y precisión.

Este dispositivo será parte del equipamiento de la versión GT del Renault Mégane que se caracterizará por un exterior más deportivo con los genes inconfundibles de Renault Sport. Color Dark Metal, llantas de 18’’ diamantadas, doble salida de escape, difusor trasero e interior con asientos, tapizado, volante, pedales, palanca de cambios e incluso infografías de cuadro y pantalla específicos son sólo parte del menú de esta versión. A esta versión se le reserva el motor más potente, el Energy gasolina TC2 de 205 CV con caja automática de doble embrague y siete velocidades EDC.

El resto de la gama Mégane opta a otras versiones en gasolina y diésel no exentas del mismo nivel de tecnología con la que establecer ese grado de sintonía entre placer y eficacia, signo de identidad de las mecánicas Renault. En el primer apartado se encuentran el motor Energy TCe 100 de 100 CV y 175 Nm de par y el TCe 130 que desarrolla una potencia máxima de 130 CV y 205 Nm de par, disponible en este caso tanto con caja manual como automática de doble embrague EDC de siete velocidades.

En diésel las opciones son el propulsor Energy dCi 90 de 90 CV y 220 Nm y el dCi 110 de 110 CV en el que también se puede optar por una caja manual de seis velocidades o la transmisión automática EDC de seis velocidades. La lista se completa con el Energy dCi 130 de 130 CV y 320 Nm de par y el dCi 165 con caja automática de doble embrague EDC de seis velocidades reservado en su caso a la versión GT pero que no llegará a nuestro mercado hasta mediados del próximo año. Además y a partir de 2017 se añadirá una oferta diesel eléctrica llamada ‘Hybrid Assist’, con lo que el Mégane ingresa por primera vez en la era híbrida.