TECNOECOLOGÍA
Novedad

Objetivo: Cero accidentes

  • La conectividad es fundamental para la conducción pilotada

No es la primera vez que el cine de ciencia ficción adelanta acontecimientos, situaciones u objetos que más pronto o más tarde terminan convirtiéndose en realidad, los sistemas de conducción autónoma no son una excepción. Aquellos que por azar o accidente del destino -no encuentro ninguna otra explicación- resistimos ante la pantalla del televisor para ver  "Demolition Man" asistimos a una de las manifestaciones más claras del concepto al que nos referimos. Vehículos que a elección del conductor no necesitaban del control humano para circular por las tranquilas calles de "San Ángeles".

El film está ambientado en el año 2032 pero quizás no haya que esperar tanto para asistir a la eclosión de esta nueva manera de entender la movilidad que tiene como una de sus finalidades principales reducir a cero el número de accidentes. De hecho, las unidades más actuales ya conviven con algunos de los procedimientos que forman parte de este nuevo universo que también se ha dado en llamar conducción pilotada.

Distintos software, cámaras y sensores habilitan a estos sistemas para accionar los frenos en caso de emergencia, estacionar en línea o en batería o ajustar la velocidad en función del flujo de tráfico, por citar algunos ejemplos, sin que en ningún caso intervenga la mano del hombre -o de la mujer-. Del mismo modo y en todos los casos la acción de estos sistemas se puede interrumpir en el mismo instante en el que el conductor desea tomar el control.

Pero para acceder en toda su extensión al concepto de conducción autónoma se necesita además contar con una premisa más, la de la conectividad. La medición precisa y la información posicional son básicas en esta carrera. En la actualidad, unidades equipadas con escáneres en tres dimensiones realizan un mapa de las vías urbanas y carreteras cuyos datos recogidos sirven como base de información sobre el estado de las calzadas, líneas divisorios, bordillos y señales de tráfico. El principal escollo es que estos datos deberían ser revisados constantemente para corregir posibles cambios.

Otras líneas de investigación trabajan ya en bancos de imágenes basados en las cámaras y GPS que se transmiten y guardan en la 'nube' actualizándose constantemente a través de los datos suministrados por los vehículos.  Así se optimiza el servicio reduciendo al mínimo la posibilidad de un error.

El futuro ya está aquí

Entre los más innovadores sistemas de asistencia al conductor destinados a la conducción por autopistas y autovías, y como preámbulo de los postulados que promulga la conducción autónoma destaca aquel que controla tanto el acelerador y el freno como la dirección de forma totalmente automática. Adquiere distintos nombres dependiendo del fabricante y funciona gestionando la distancia con el vehículo que le precede  a partir de una velocidad escogida por el conductor que puede superar incluso los 100 km/h.

El vehículo se mantiene centrado en el carril - ya se trabaja en una nueva fase que permitiría incluso cambiar de carril- a partir de los datos suministrados por cámaras y sensores que procesan las imágenes ajustando incluso la dirección si el vehículo se enfrenta a largas curvas. Si el conductor de delante reduce la velocidad el sistema activa los frenos hasta detener el vehículo si fuera necesario.

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