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Mercedes Benz GLC Coupé, bienvenido

  • Dispone de un programa con cinco modos de conducción
  • La versión AMG GLC 43 4MATIC Coupé desarrolla 367 CV

Como ya ocurrió con el Mercedes Benz GLE, el modelo GLC lanza también una versión Coupé con sus característicos rasgos deportivos basados en los patrones establecidos por el SUV aunque existen diferencias notorias entre ambas variantes. De entrada exhibe un mayor carácter dinámico. Su longitud -4,73 metros- es ocho centímetros más larga que el modelo de referencia. Más notoriedad asume su menor altura -1,60 metros- cuatro más bajo que el GLC. Este aspecto se enfatiza a partir de una línea del techo que desciende bruscamente sobre la sección posterior para otorgarle un mayor perfil aerodinámico.

En el frontal la parrilla adopta una sola lama y los faros, opcionalmente con tecnología LED High Performance, ofrecen esa firma luminosa ahora tan características de los modelos de Mercedes Benz. Los paneles de protección de los bajos y su generosa altura al suelo se convierten en el vínculo indiscutible con el universo SUV, un recurso que también se pone de manifiesto a lo largo de su silueta engalanada por las ruedas de gran tamaño en formato hasta 20 pulgadas.

Sin embargo, buena parte de su atractivo descansa en la parte trasera. El protector posterior hace las funciones también de difusor y  presenta un parachoques ensanchado con los pilotos situados en posición alta para dar más realce al tren posterior. Al igual que los faros, el diseño nocturno de los pilotos de LED forman parte de esa nueva seña de identidad a la que antes hacíamos referencia.

Como era de esperar, en cuanto a comportamiento ofrece novedades importantes. Equipa un tren de rodaje deportivo basado en el sistema Dynamic Select con cinco programas de conducción -Eco, Confort, Sport, Sport+ e Individual-. Este se asocia de serie con una suspensión mecánica con amortiguación regulable existiendo en opción la posibilidad de adoptar una suspensión neumática multicámara y amortiguación regulable electrónicamente (Air Body Control).

Para hacernos una idea de sus posibilidades, si se escoge el modo de conducción Sport+ y la opción de suspensión más rígida la sensación es la de estar a los mandos de un auténtico pura raza con la carrocería unos 15 mm más cerca del suelo y una dinámica transversal extraordinaria. A ello contribuye también la nueva dirección que en los modos deportivos hacen que la línea característica de la servodirección opere de forma mucho más directa.

La oferta mecánica se compone de cuatro variantes diésel y cuatro de gasolina, entre ellos una versión híbrido enchufable y, cómo no, la variante de altas prestaciones AMG. Las variantes básicas son los modelos diésel de cuatro cilindros GLC 220 d y GLC 250 d 4MATIC Coupé con una escala de potencia de 170 a 204 caballos y el motor de gasolina de cuatro cilindros GLC 250 4MATIC Coupé con 210 caballos.

La versión híbrida enchufable, la única que no dispone de cambio automático de nueve velocidades 9G-TRONIC, se configura sobre la versión GLC 350 e 4Matic Coupé de 320 CV cuyas emisiones se sitúan en 64 gr/km de CO2. Este puede recorrer más de 30 kilómetros en modo solo eléctrico. El Mercedes-AMG GLC 43 4MATIC Coupé dispone de un motor V6 biturbo de 367 CV y acelera hasta 100 km/h en menos de 5 segundos.

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