Ducati ha vuelto a mirar al pasado del sector de la motocicleta para alumbrar una versión, otra más, de su inagotable Scrambler. La Desert Sled explota una vertiente más off-road con una estética setentera inspirándose en las motos homónimas que surgieron en la costa Oeste de Estados Unidos. Su nombre se debe al apodo que se les dio por el característico cubrecárter metálico con el que se protegía al motor de las rocas.
La denominación de origen de este tipo de motos se encuentra en el Suroeste del Estado de California y Baja California de México y tuvieron como común denominador el estar impulsadas por motores de más de 500 cc y por despojarse de todo tipo de elemento superfluo. Como muchas de las Scrambler de Ducati, las Desert Sled de aquella época montaban llantas con radios, suspensiones modificadas, neumáticos todoterreno y ese protector de los bajos del motor. Dice la marca boloñesa que esta versión es una evolución más off-road de la Scrambler Urban Enduro.
Ducati toma los valores de estilo propios de la Scrambler y los combina con el espíritu que emanaban estas motos para crear un modelo perfecto para quienes quieren hacer una primera aproximación desde el asfalto al mundo off-road. Para ello se acompaña de unas llantas de radios y suspensiones específicas. Éstas disponen de un largo recorrido de 200 mm y su asiento tiene una posición especialmente elevada, si bien la marca italiana ofrece como alternativa uno que es dos centímetros más bajo.
El chasis es distinto porque ha sido reforzado para soportar el estrés al que le somete un terreno más quebrado. Dispone también de dos placas laterales que abrazan el motor y apoyan el nuevo basculante que es más largo y más resistente que otras versiones de la Scrambler. Éste incorpora un protector para la cadena y otra para la corona posterior. Las tijas también son una evolución para separar en mayor medida las botellas y propiciar un mayor avance de dirección.
Las llantas de 19’’ delante y 17’’ detrás montan unos neumáticos Pirelli Scorpion Rally STR especialmente diseñadas para motos con ese carácter mixto on/off road. Estas ruedas descansan en el tren delantero en una hoquilla invertida Kayaba con barras de 46 mm ajustable en precarga, compresión y extensión; y detrás, en un monoamortiguador Kayaba con botella de gas separada y ajustable en precarga y extensión.
Por motivos de diseño, el freno delantero consta de un solo disco de 330 mm mordido por una pinza monoblock de cuatro pistones y anclaje radial. Todo el equipo de frenos es Brembo y se complementa con un sistema ABS Bosch 9.1 con sensor de presión. El motor no varía: se mantiene el bicilíndrico de 803 cc refrigerado por aire y aceite derivado de la Icon pero con homologación Euro4. Además de ello, cuenta con un nuevo control del acelerador y una nueva calibración para que entregue los 75 CV de potencia de manera más suave y los 68 Nm de par a un régimen de giro más bajo.
Una línea a juego con su espíritu
Su diseño acompaña, ya que el protector de rejilla del faro, los guardabarros elevados y el cubrecárter hacen posible encarar caminos más agrestes sin poner en peligro la integridad de la máquina italiana. La posición de conducción también difiere respecto a la Scrambler más convencional. Las estriberas son de tipo off-road y sus pastillas de goma sobre las que apoya el pie son extraíbles. Los reposapiés del pasajero son desmontables.
Fiel a su manera de hacer las cosas, Ducati ha creado toda una línea de accesorios y ropa asociada a esta versión de la Scrambler. Su catálogo contempla artículos tan diversos como un protector de goma para la barra de refuerzo del manillar, faros supletorios, protectores de manos y un escape elevado homologado. No falta tampoco un casco off-road de la marca Bell creado por el preparador Los Ángeles y el diseñador Roland Sands.
