Sin promoción no hay futuro posible

  • Muchas fórmulas de promoción no buscan la promoción en sí misma
  • El CERA ha dejado de impulsar a los jóvenes con proyección
  • Se debería mirar al piso de arriba y ver qué hacen el ERC y el WRC

Que el Campeonato de España de Rallies de Asfalto lleva años languideciendo es una afirmación tan obvia que no debería romper el silencio de este blog. La esperadísima renovación generacional no llega a pesar de que las copas monomarca no han dejado de dar oportunidades a jóvenes con más o menos talento y poco presupuesto para asomar la cabeza y, aunque sea en trofeos de los llamados menores, decir ‘aquí estoy’. 

El problema es que una y otra vez ese mensaje va perdiendo fuerza en los sucesivos escalones que los deportistas han de subir para poder llegar a la cima. ¿El culpable? El presupuesto. El ‘tanto tienes, tanto vales’ del que ya hablé meses atrás y que marca el presente y futuro del ‘motorsport’. Con la única excepción de la BkRMC, la mayoría de fórmulas promocionales no buscan la promoción en sí misma sino el ofrecer maneras más económicas de competir a los equipos. Objetivo muy loable y que en sí mismo ya ayuda al campeonato, pero que sigue sin solucionar una de sus grandes carencias.

Porque uno de los problemas de base es que el CERA ha dejado de impulsar las carreras deportivas de los jóvenes con proyección. Muchos lo consideran casi una pérdida de tiempo y recursos y prefieren concentrarlos en programas internacionales mucho más costosos y difíciles. ¿Por qué? Porque hay poco en él que pueda beneficiarles en términos de promoción deportiva y económica y esto, en última instancia, además de impedir esa renovación baja el nivel del certamen. 

La comparación con el CEV

El que el CERA sea un “cementerio de elefantes” como lo calificaba mi compañero Pipo López en su blog del diario AS no es única y exclusivamente culpa de la crisis. El Campeonato de España de Velocidad (CEV) –que como su nombre indica tiene la misma denominación de origen que el CERA– se ha convertido en la envidia (literal) y ejemplo a seguir en todo el mundo de lo que debe ser un certamen motociclista.

El CEV no es una cantera, es una verdadera factoría de futuros campeones y no sólo españoles. La Era Dorada que atraviesa el motociclismo español es fruto de una planificación deportiva que se realizó mucho tiempo atrás y que propició que los jóvenes con talento pudieran subir escalones de manera paulatina. Por estructura, promoción y cercanía al mundial (física y reglamentaria) ha sido un imán de pilotos de medio mundo en busca de su sueño. Esto ha hecho que el nivel del campeonato en cualquiera de sus categorías haya sido extraordinario, hasta el punto de que cualquier ganador de Moto3 era capaz de estar en puestos delanteros en el mundial sólo unos meses después de acceder a él.

No se puede dejar a un lado el que desde la Comunidad Valenciana y Cataluña principalmente se auspiciaran fórmulas de promoción muy bien planteadas y que desembocaban en el nacional, pero sin duda es un buen ejemplo de cómo se podría estructurar un Campeonato de España de Rallies con una estructura casi radial. 

La importancia de la planificación

Puestos a analizar y hacer comparaciones, es verdad que la cúspide de todo lo que es y representa el CEV tiene como punto final el Campeonato del Mundo. Uno y otro campeonato pertenecen a la empresa española Dorna y son muchos los equipos cuya dirección, personal, pilotos en nómina e incluso patrocinadores son de nuestro país.

Eso ayuda muchísimo y aquí es donde posiblemente un nacional de rallies siempre acabará chocando contra un muro. El Mundial de Rallies está hecho a medida del mundo anglosajón y, por palmarés y marcas implicadas, galo y germano. Los intereses del campeonato buscan un cierto equilibrio, pero cada vez con mayor interés por mercados emergentes. España ni está ni se le espera, y éste es un problema mucho más profundo al que también habrá que meter mano en un futuro si queremos que nuestro país sea, como en muchísimos otros deportes, una potencia mundial. Y en estas cuestiones no se trata sólo de querer, también de poder.

En cualquier caso, este objetivo nunca se podrá conseguir si no hay una planificación y una prolongada apuesta por el deporte base capaz de proporcionar a los jóvenes escalones para subir. Sin eso, no hay futuro posible. 

Copiar o buscar la inspiración

¿Solución? Copiar. Ni más ni menos. O si lo prefieren ‘inspirarse en’. No se puede aplicar la fórmula del CEV porque son certámenes y disciplinas muy diferentes entre sí. Pero sí se puede mirar al piso de arriba y ver qué se está haciendo en el WRC y en el ERC. Un auténtico Campeonato de España de Rallies Júnior con un límite de edad, un calendario asequible y con vehículos apetecibles para marcas y participantes es más necesario que nunca.

El modelo del ERC es el que parece ideal, con coches R2 –quizá también R1– de cualquiera de los fabricantes que hayan homologado uno de esta categoría. Esto permitiría ampliar el parque de este tipo de vehículos ‘FIA’ que a día de hoy sigue siendo muy reducido –vean sino la lista del Rally Príncipe de Asturias– y rebajar la edad del campeonato.

¿El gancho? Si en el mundial y el europeo es el participar con un R5 en una serie de pruebas, lo más lógico es que el ganador de este J-CER tenga la oportunidad de promocionar a un trofeo en el seno del WRC. Si Citroën Racing no pone en rebajas el Mundial de Rallies Júnior (JWRC) éste parece poco asumible. Sí en cambio un Drive DMack Fiesta Cup que, casualidad o no, este año han disputado tres españoles: Yeray Lemes, ‘Cohete’ Suárez y Nil Solans.

Todas estas ideas son papel mojado sin un presupuesto que destinar a ese salto mundialista. La pregunta es ¿realmente la Real Federación Española de Automovilismo no tiene capacidad para, mediante distintos patrocinadores y colaboradores, sacar el importe necesario para garantizar ese programa completo? No es una pregunta retórica porque de su respuesta depende el que la modalidad de rallies pueda recuperar el vigor que tuvo años atrás.

La RFEdeA tendría mucho que decir aquí. Los patrocinadores también. Las marcas, que siempre demandan, deberían dar un paso al frente y apoyar el campeonato. Incluso desde una perspectiva aún más amplia, las federaciones regionales deberían plantear autonómicos junior con una filosofía similar. Esto, sobre todo en lo económico, puede parecer muy utópico, no lo niego.

Acabo. Verán que he dicho “Campeonato de España de Rallies” sin limitarme a una sola superficie. Y es que con ese hipotético impulso de un certamen Júnior con vocación de internacionalidad, quizá sea un buen momento de que los nuestros jueguen en igualdad de condiciones y cuando lleguen al mundial lo hagan con una base tanto en asfalto como en tierra. Si ya la RFEdeA tutela a los aspirantes en aspectos como una cierta formación en idiomas, técnica y física, entonces ya el éxito a medio plazo estaría asegurado.

 

Foto: Drive DMack Fiesta Trophy

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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Comentarios

1 La solución es destinar todas las subvenciones y patrocinios que llegan a la federación a promocionar el deporte y a los deportistas. Y reducir las nóminas y dietas de todo el personal que "trabaja", teoricamente en una estructura sin ánimo de lucro; que es como se deben entender las federaciones del deporte. canariasunasolasera 08:55 10/09/2014

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