Se trataba de ser, no de parecer

  • Ferry Porsche tuvo el valor de crear un coche distinto y fascinante
  • La combinación entre tradición e innovación es un éxito de Porsche

Hace hoy 70 años, el 8 de junio de 1948, las autoridades de Carintia (Austria) dieron el visto bueno al primer modelo Porsche, el 356-001. Se trataba de un deportivo muy ligero (585 kilos), con un motor bóxer de 4 cilindros de origen Volkswagen de 35 CV y que era capaz de alcanzar una velocidad punta de 135 km/h. Con él empezó todo.

Ferry Porsche tuvo el valor de crear un coche distinto y fascinante en tiempos en los que muy poca gente pensaba en coches deportivos. El 356 fue el primer coche en llevar el nombre de la familia Porsche.

Fue, además, un vehículo que en su origen se hizo con algunas piezas de Volkswagen. Aún sin ser, por tanto, un Porsche genuino al ciento por ciento, el 356 se mantuvo en la cúspide durante mucho tiempo y ha pasado a la historia, no sólo como el origen de la marca, también como un elemento clave en la increíble evolución de la empresa hasta la actualidad.

Durante 70 años la combinación entre tradición e innovación ha sido, desde mi punto de vista, uno de los éxitos de la filosofía Porsche. También podemos decir que su utilidad práctica, su funcionalidad, la extravagancia espartana, la estética y la cultura del diseño han sido constantes en las que se ha fundamentado el purismo de Porsche a lo largo de estas siete décadas.

En palabras de Ferdinand Alexander Porsche, creador del 911: “Un producto formalmente coherente no necesita adornos, tiene que elevarse con la pureza de la forma”. Esta afirmación se ha constatado con el tiempo y sigue demostrándose lanzamiento tras lanzamiento de la marca de Stuttgart. De ahí, el título de esta entrada.

Todos los avances de Porsche han tenido su base en una técnica capaz de aportar una conducción que casi se anticipa a los deseos del conductor; un magnífico chasis que implica dinamismo desde el primer giro de volante; unos frenos excepcionales y unos motores que reaccionan al instante con el aliciente de ‘exhalar’ el sonido único de un buen motor bóxer. Es decir, una fiesta para los sentidos y, en especial, para oídos exclusivos.

Todo esto se materializa en la expresión de movilidad y carácter único de Porsche. Una forma de entender la automoción que fascina a toda persona que pregunta y cuestiona, un conductor inconformista y que exige el máximo a su coche.

Como escribió sobre el primer deportivo de Porsche el periodista Max Troesch en julio de 1948 para la revista británica The Motor: “I feel sure that the car will live up to its famous name” (Estoy seguro de que el coche estará a la altura de su famoso nombre).

 

 

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Monti
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Comentarios

7 Ciertamente un articulo que además de reflejar el atrevimiento de diseñar un deportivo en aquel momento histórico enfatiza la gran pasión que es sinónimo de la marca.Gracias Monti Pablo GD 19:49 08/06/2018

6 Felicidades Monti, buen artículo. Verónica 10:37 08/06/2018

5 Interesante articulo Monti, gracias Marcus Marcus 08:47 08/06/2018

4 Felicidades amigo Monti, gran artículo Carlos Jorge 23:40 07/06/2018

3 Magnífico articulo Daniel Marrero 22:05 07/06/2018

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