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Los Porsche son conocidos por tener una vida útil excepcionalmente larga; una vida que en un alto porcentaje ha perdurado más allá de las nuevas generaciones, de coches mejores y distintos que se han ido sucediendo.
Días atrás, Porsche anunció que en un futuro inmediato dejará de producir vehículos diésel, centrándose en la tecnología híbrida y en la electromovilidad, por lo que, según sus objetivos, gran parte de sus esfuerzos se orientarán en continuar generando las bases de una movilidad eléctrica, en aras a garantizar la consolidación de un crecimiento –y una movilidad– sostenible.
La innovación, la renovación, la evolución y el progreso son una constante en el ingente trabajo de desarrollo e investigación de Porsche. Oliver Blume, CEO de la marca de Stuttgart no deja lugar a dudas: “Nuestro objetivo es ocupar la vanguardia tecnológica: estamos intensificando nuestro enfoque en el núcleo de nuestra marca, al tiempo que alineamos constantemente nuestra empresa con la movilidad del futuro”.
Todos estos elementos contribuirán sin duda a alcanzar el objetivo de Porsche para que en 2025, uno de cada dos Porsche que salga de sus concesionarios sea eléctrico. El reto es mayúsculo porque, además, toda esta nueva generación de modelos Porsche tienen la obligación de mantener la esencia que ha permanecido intacta durante tantas décadas. Desde mi punto de vista, dada esa tradición, los coches con motores de combustión interna optimizados seguirán teniendo un papel importante.
Es la invitación a la pura fascinación la que nunca perderá este fabricante de coches excepcionales, que representan movilidad, agilidad, confianza, confort, dinámica y fiabilidad. Toda una experiencia que sin duda seguirá produciendo adicción a la cultura de la conducción.
El número 344 de Cristophorus, la revista de Porsche, ya dejaba intuir cuál es la senda emprendida. “Conceder más importancia a la eficiencia de un coche en el deporte del motor es lanzar un mensaje correcto en los tiempos que corren”. En realidad, en muchos de sus éxitos como fabricante, Porsche se ha guiado por el prinicipio de la eficiencia energética. No es nada nuevo para él.
Además, otros factores como ligereza, movilidad, agilidad y precisión, contribuyen a afianzar y definir su especial forma de rendimiento. Soluciones inteligentes y excelentes prestaciones, que hacen que la pasión Porsche no sólo se mantenga, sino que aumente.
Más potencia con menos consumo, mayor eficiencia y menos emisiones de CO2. En definitiva, el culmen de la estrategia Porsche Intelligent Performance, escenario donde las nuevas tecnologías son indispensables en una apuesta que integra medio ambiente y futuro.
En definitiva, vivimos tiempos intensos y emocionantes marcados por la increíble necesidad de movimiento que demanda nuestra sociedad, y el progresivo auge de momentos en los que el camino siempre conduce al mañana.
Es ahí donde Porsche siempre lo ha tenido claro: si se responde con ideas innovadoras a los desafíos del futuro, puede tener consecuencias positivas al placer de conducir con motorizaciones alternativas. Otra forma de viajar al futuro.
