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Cada septiembre decía "el año que viene lo dejo"

  • "Nunca olvidaré la felicitación de Toñi y Rubén en Teror"
  • "El Islas Canarias fue el mayor salto que he dado como piloto"
  • "La gente de la piedra quiere ver espectáculo y coches rápidos"

Puede que dentro de muchos años,  cuando se hable de los World Rally Car de dos litros como quien habla ahora de los Grupo B, nos acordemos de aquel Ford Focus RS WRC que desde 2008 y hasta 2010 campó a sus anchas en nuestros tramos. A día de hoy tampoco está claro que su etapa en Canarias haya terminado,  pero de lo que no hay duda es que el piloto que la mayoría recordaremos cuando hablemos de uno de los mejores WRC que han pasado por aquí, Alfonso Viera, ya no volverá a conducirlo.

Alfonso, campeón regional de 2008 y 2010 y pendiente todavía de la resolución sobre el de 2009, guarda muchísimos recuerdos –y trofeos- de estos tres años. Desde ese primer contacto en los test del Circuito de Maspalomas, horas antes del Rally Islas Canarias de 2008 –el de su debut con el Focus-, hasta ese último tramo del Rally Isla Bonita 2010, el que les devolvió el cetro del mundialito. Allí, en El Linar-Las Breñas, en el trecho que va desde meta a control stop, el piloto de Copi Sport reconoce que vivió uno de los momentos más emotivos de toda su carrera como piloto.

Han sido tres años de muchas alegrías, una por cada victoria absoluta (16) que logró con el Focus RS WRC; de algún que otro desengaño, como en el Islas Canarias de esta misma temporada, cuando quiso aspirar a ser el más rápido hasta que los chicos del IRC arrasaron con todo y lo devolvieron a él y a los pilotos del nacional de vuelta a la tierra; de pocos momentos tensos, si acaso, la celebración interruptus del casi título de 2009; y de un continuo proceso de aprendizaje que lo han convertido en uno de los cabezas de serie de los rallys canarios y en uno de los más espectaculares con un tracción total.

En MotorEnLinea.es hemos querido repasar con él todos esos instantes para cerrar definitivamente el libro que ha unido su apellido al de uno de los mejores coches que han pasado por las islas y por toda España. ¿Alguien lo duda?

MEL.-  De tus 16 victorias absolutas con el Ford Focus RS WRC ¿con cuál te quedas?

Alfonso Viera.- Me quedo con la segunda, cuando ganamos en el Rally de Gran Canaria 2008 contra Toñi y Rubén, la que para mí fue mi primera victoria merecida. La realidad es que ganamos porque ellos tuvieron muy mala suerte porque primero pincharon y, después, tuvieron que retirarse. Más adelante, de ese mismo año, me quedo con el Rally Villa de Teror porque fue la primera vez que pude correr al nivel de Toñi. Lo mejor y más emocionante para mí fue que nos esperasen a la llegada del último tramo para felicitarnos. Fue un gesto que no olvidaré.

MEL.-  Desde aquel primer test en el Circuito de Maspalomas horas antes del Rally Islas Canarias ¿qué era lo que más te preocupaba del coche? ¿Temías no dar la talla?

A.V.- Lo que más me preocupaba era no haber hecho nada en un tramo cronometrado, porque el circuito está bien, pero en él no puedes imaginar la realidad de lo que pasa en una especial. Sabía que no iba a dar la talla en los primeros rallys. Soy un piloto muy autocrítico y en aquel momento sabía que era demasiado pronto para subirme a aquel coche… pero las oportunidades pasan sólo una vez y me apetecía aprovecharla.

MEL.-  Una vez dijiste que desde que te subiste al Ford la gente te dejó de ver como un piloto que intentaba hacerlo bien con el Mitsubishi a exigirte resultados desde el principio. ¿Te afectó mucho ese cambio de rol?

A.V.- No, lo tenía asumido. En Canarias estamos acostumbrados a ver a buenos pilotos en buenos coches y era normal sentir esa presión, por eso muchas de las veces pedía paciencia. Roma no se construyó en un día, pero eso a la gente de la piedra le da igual, quieren ver espectáculo y coches rápidos y tienen derecho a exigirlo porque, repito, estamos muy bien acostumbrados por estas tierras.

MEL.- ¿En algún momento creíste que te venía grande el volante del Focus?

A.V.- No. Y no quiero que suene como una chulería, nada más lejos de mi intención. Si hubiese habido algún momento en el que me estancase, sí que lo habría sentido. Pero cada kilómetro que hacíamos íbamos mejor y eso sólo me hizo pensar que lo que había que tener era paciencia y no cometer ningún error.

MEL.-  ¿Fue definitivamente el Rally Villa de Teror de 2008 el que te consagró como piloto en el WRC?

A.V.- Bueno para mí fue una buena dosis de autoestima. Saberme lo suficientemente rápido como para luchar contra un grande como Toñi, para mí fue muy importante.

MEL.-  ¿En qué rally superaste el límite?

A.V.- En el Rally Islas Canarias 2010. Sin lugar a dudas fue el salto más grande que he dado como piloto. La mezcla que se dio entre la ilusión de ganar y la paliza que nos estaban dando los pilotos IRC hizo que en muchos momentos de la carrera dejase de pensar en lo caro que puede llegar a ser un golpe en el WRC. Ese punto de locura transitoria, y el hecho de no haberme dado el golpe, hizo que fuese un piloto más rápido hoy día.

MEL.-  ¿El momento más emocionante –de ponerte un nudo en la garganta- dentro del Focus?

A.V.- La meta del último tramo que hicimos con el WRC. En el Rally Isla Bonita 2010. Fue la conclusión de un reto que ha durado tres años y aunque no siempre las cosas han sido fáciles las cosas pero han sido los mejores de mi vida deportiva.

MEL.-  ¿Y el más tenso?

A.V.- La entrega de premios de 2009. Ah no, ¡que no ha habido! (risas).

MEL.-  ¿Algún domingo después de un rally te levantaste, fuiste al baño, te miraste en el espejo y te dijiste “a final de temporada lo dejo”?

A.V.- Todos los años, en los rallys de septiembre, decía eso: “El año que viene lo dejo”. Pero Fernando Capdevila es mucho Fernando Capdevila y no conoce un no por respuesta.

MEL.-  ¿Te queda la pena de no haberte podido medir a pilotos como Flavio, Luis, Goyo, Avero o los Ponce en aquella era dorada? ¿O quizá esa competitividad tan extrema te habría alejado de los rallys?

A.V.- A ver, me hubiese gustado, claro que sí. Pero la realidad es que todos ellos, los Ponce, Ricardo Avero, Flavio Alonso, Goyo Picar y Luis Monzón, vivieron una época diferente. Había dinero y las posibilidades de traspasar los límites eran más fáciles porque, en definitiva, si se daban un golpe no les dolía el bolsillo. Por eso, y por el increíble talento que tienen, son y serán los más grandes de la historia de los rallys canarios.

MEL.- ¿Cuál fue el mejor consejo que te han dado en estos tres años. ¿Quién fue y por qué te ayudó especialmente?

A.V.- Han sido muchos y gracias a todos ellos hemos ganado. No me quedo con ninguno en especial, todos han sido importantes. Si no escuchas a los que saben más que tú de esto de las carreras, mal vamos.

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