Aunque fue un nombre que pasó desapercibido para el gran público, Land Rover recupera la denominación Velar para el modelo más vanguardista de toda su gama. Eslabón de enganche entre el Sport y el Evoque con sus 4,8 metros, el primer Velar, en realidad, fue el prototipo sobre el que la marca británica fue madurando el primer Range Rover, el que se lanzó en 1969.
Land Rover quiere recuperar ese espíritu innovador con este modelo que está a la venta desde 60.250 euros y dar un nuevo golpe de timón en términos de estilo, elegancia e innovación. En todas estas direcciones el Velar lleva a Range Rover más lejos que nunca, empezando por una silueta alargada y coupé sin parangón en el catálogo de la marca.
El equipo de diseño ha sabido combinar con maestría el ADN propio de toda una hornada de modelos con el emblema Range Rover pero, a la vez, añadiendo nuevos ingredientes más lujosos y deportivos. Las ópticas rasgadas, la gran parrilla y las tomas de aire laterales son un soplo de aire fresco en la gama, si bien se mantiene esa línea de cintura cuya rúbrica en forma de junquillo cromado delimita el conjunto visual que forman techo y ventanillas. Los faros delanteros pueden contar con tecnología de matriz de leds.
Impresionan los tiradores de las puertas emergentes al detectar la mano y que, en condiciones normales se integran por completo en la línea de la carrocería. En realidad, pocos elementos rompen la continuidad de ese exterior compacto. Incluso en la parte trasera, pilotos, difusor y colas de escape forman un todo casi indivisible.
En el interior, además del lujo, cautivan las dos pantallas táctiles HD de diez pulgadas con las que se controla el sistema Touch Pro Duo de infoentretenimiento. Tras estas dos pantallas se oculta un procesador Intel Quad Core de gran capacidad y, además de permitir el dominio del equipo de información, audio y el teléfono móvil enlazado vía Bluetooth, el conductor o el copiloto pueden ajustar el climatizador e incluso el sistema Terrain Response 2. Con él, el Velar puede presumir, como todo Range Rover, de unas capacidades todoterreno como pocos de sus rivales.
Para empezar, porque este sistema de tracción total ofrece una enorme variedad de modos hechos a medida de cualquiera de las superficies sobre las que podamos transitar con el velar. Y también, por disfrutar de una profundidad de vadeo de hasta 650 mm y asistentes como el control de arranque en superficies de baja adherencia, el de descenso de pendiente y un control de crucero para velocidades de entre 1,8 y 30 km/h. Según versiones, cuentas con un sistema de amortiguación neumático que ofrece como ventaja que, a una velocidad superior a los 100 km/h reduce su altura y también cuando se para para ayudar a los pasajeros a subir y bajar de él.
Su nivel tecnológico se exhibe también en el apartado de asistentes, con el reconocimiento de señales de tráfico, detector de ángulo muerto, sistema de mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento con cámaras de visión de 360º y frenada automática de emergencia.
Land Rover ha desplegado una propuesta de seis mecánicas para el nuevo Velar. Empezando por los 2.0 diésel de 180 CV y 250 CV y el V6 3.0 de 300 CV y, ya en gasolina, otros dos cuatro cilindros con idénticas potencias, 250 y 300 CV, y el 3.0 V6 sobrealimentado de 380 CV. Todos estos propulsores contarán con el cambio automático de ocho velocidades ZF.
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