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Atacama, el corazón del Dakar

  • Nunca llueve por las pocas opciones de que lo crucen vientos del este

Será en el transcurso de la cuarta etapa entre San Salvador de Jujuy y Calama, justo en la jornada en que la carrera abandonará temporalmente Argentina para llegar a Chile a través del Paso de Jama, en plena Cordillera de los Andes. Justo antes de ingresar en Atacama, el Dakar volverá a alcanzar su techo de 4.800 metros nada más cruzar la frontera en enlace, aunque la salida de esta etapa de 207 kilómetros se dará a 3.300 metros…

Los retos del Atacama son muchos y muy variados. El desierto de piedras y rocas está situado a poca distancia del océano Pacífico, pero ha sido el área más árida del planeta durante 15 millones de años. No es exactamente el desierto más caluroso del mundo, pero sus contrastes climáticos son extremos. Aunque parece muy árido, es rico en recursos naturales, que trajeron muchas riquezas a Chile en los siglos pasados.

La escasez de precipitaciones se debe a las pocas probabilidades de que lo crucen los vientos del este. El desierto de piedras limita con Bolivia y Argentina, lo que le pone directamente en el sotavento de los salvajes Andes. Perú está al norte, el océano Pacífico en el oeste y, encajado como una estrecha franja de territorio de apenas 100 kilómetros de ancho y con una longitud de 3.500 kilómetros, el Atacama está dominado por dos fenómenos climáticos.

El desierto de la niebla

Debido a los vientos alisios, la Corriente Humboldt –la originada por el ascenso a la superficie de aguas profundas en las costas occidentales de Sudamérica- trae aguas frías al Pacífico, un fenómeno que no sólo enfría el océano diez grados centígrados por debajo de lo normal. En contacto con el mar, el aire baja también de temperatura impidiéndole subir a grandes altitudes y, por tanto, formar nubes de lluvia. Al contrario que en regiones más al norte y al sur, aquí no es posible ningún alivio en forma de agua. Además, ese agua del océano especialmente fría mantiene las temperaturas del Atacama moderadas para tratarse de un desierto –entre 35 grados positivos y 15 grados negativos– y provoca la formación de niebla en las inmediaciones de la costa. Por esta razón, el Atacama también está considerado el desierto de la niebla, similar al de Namib, en África, o el de Baja California en la península mexicana.

Sin embargo, con intervalos regulares de entre seis y diez años, el fenómeno de El Niño causa un extremadamente corto pero radical cambio en el clima del Atacama. El Niño es el nombre que reciben las corrientes cambiantes e inusuales en el sistema oceanográfico y meteorológico del Pacífico tropical. Estas corrientes reducen de forma temporal los efectos de la Corriente Humboldt y permiten lluvias torrenciales cortas que hacen florecer el páramo del desierto.

Exceptuando estos breves intermedios, el desierto de Atacama es una región estéril, erosionada e inhóspita, con la menor cantidad de agua de todo el planeta. Cien veces más árido que el duro Valle de la Muerte de Estados Unidos, sólo el Río Loa alcanza el océano Pacífico, lo que lo convierte en el único río del desierto de Atacama en el que el agua no se evapora completamente.

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