A Thierry Neuville se le ha disparado el pulso nada más subirse al Hyundai i20 Coupé WRC con el que va a disputar esta edición del Rallye de Australia, la última cita de la presente temporada. En el enlace hacia el shakedown se ha encendido uno de los testigos de la consola central, alertando de una fuga de aceite en el motor. En vista de la situación, el piloto flamenco ha detenido la marcha, ha sido remolcado hasta la asistencia, y ha tenido que esperar allí alrededor de un par de horas hasta que sus mecánicos han podido sustituir la pieza causante del problema y solucionar la papeleta.
A partir de entonces, el jefe de filas del equipo de Alzenau ha podido, por fin, disputar con normalidad el tramo, que se encontraba en perfectas condiciones, con las trazadas completamente limpias, tras el paso de todos los pilotos prioritarios. Neuville ha aprovechado la coyuntura que le ha hecho temerse lo peor a primera hora del día para marcar, a continuación, el mejor tiempo en el tramo de pruebas del rallye austral, donde se va a jugar el subcampeonato del Mundo con Ott Tänak.
El estonio se ha clasificado sexto, a poco más de un segundo y medio de su rival. Elfyn Evans y Stéphane Lefebvre han compartido el segungo mejor crono, sólo cinco décimas por detrás de Thierry. Jari-Matti Latvala y Kris Meeke les han escoltado en la tabla de tiempos.
Craig Breen ha sido séptimo, seguido de Esapekka Lappi y de los dos hombres que forman equipo con Neuville en las antípodas: Andreas Mikkelsen y Hayden Paddon, muy retrasados respecto a su compañero, a 1"6 y 2"3, respectivamente, lo mismo que el ya proclamado campeón, Sébastien Ogier.
Kalle Rovanperä ha sido la sorpresa de la jornada. El joven finlandés, de tan solo 17 años (recién cumplidos), ha marcado el mejor tiempo entre los participantes de la categoría R5 al volante del Ford Fiesta R5 con el que consumó su debut mundialista hace tres semanas, en el Rallye de Gales.