COCHES
Prueba

Tiguan Allspace: El último estirón

  • Es 21 centímetros más largo que el Tiguan convencional
  • La mayor distancia entre ejes le aporta un plus de estabilidad

Con vistas a multiplicar su oferta de modelos en todo el ramillete de tamaños y carrocerías que comprende hoy ese cajón desastre en que se ha convertido la categoría de los SUV, el Grupo Volkswagen está replicando una misma estrategia en todas sus marcas. La primera en completar el ‘hat-trick’ de modelos es la matriz, Volkswagen, que a sus Tiguan y T-Roc añade el Tiguan Allspace que tiene su reflejo en el Kodiaq de Skoda y que más adelante lo tendrá también en SEAT.

El Tiguan Allspace es, ni más ni menos, una versión con carrocería ampliada del popular todocamino de la marca de Wolfsburgo cuyos 215 milímetros extra se invierten de manera íntegra en la creación de una tercera fila de asientos permutables en caso de prescindir de ella en una base de carga plana que amplía la capacidad del maletero hasta los 685 litros. Esa es la gran conquista de esta versión que sin grandes aspavientos y, sobre todo, sin mancillar la acertada silueta del Tiguan, refuerza su condición de alternativa a los monovolúmenes más familiares.

Más que nunca, el Touran tiene el enemigo en casa, ya que, si bien hasta ahora ese segmento de los MPV había ido perdiendo peso por ese estado de gracia de los SUV, versiones con carrocería de siete plazas puede ser el golpe definitivo para aquellos conductores que seguían decantándose por los monovolúmenes por ser una garantía de funcionalidad, espacio y versatilidad.

Porque espacio, el Tiguan Allspace tiene un rato. 21 centímetros son muchos centímetros (también en el sector del automóvil) y Volkswagen no sólo los ha logrado estirando el voladizo posterior. Ese ‘estirón’ se reparte entre éste y la distancia entre ejes (109 mm más comparado con el modelo convencional), lo que acaba materializándose en un interior más holgado entre la primera y la segunda fila de asientos y la creación de esa tercera fila. Las puertas traseras son más amplias.

Difícil equilibrio

Esas dos butacas adicionales no nos van a sacar de demasiados apuros. Para que sean aprovechables hay que desplazar la segunda fila demasiado hacia delante, por lo que no se trata de dos plazas al uso. Sí son aprovechables en el caso de niños, aunque al limitar la capacidad del maletero a sólo 230 litros, tampoco parece la mejor solución para hacer viajes largos aprovechando la totalidad de las plazas. 

Otra desventaja de esta fila supletoria es que queda a la altura de los amplios pilares C, con lo que la visibilidad de los viajeros es bastante reducida a través de esa pequeña ventana que, además, estaba ahumada en esta versión que probamos. Por la forma de esta ventana, incluso haciendo uso de alzadores homologados, nuestros pequeños invitados pueden llegar a sentirse encerrados tras los respaldos de los asientos de la fila anterior. Esta sensación se mitiga en cierta medida con el amplísimo techo solar corredizo que llena de luz todo el habitáculo. 

En esa comparación con el que sería su equivalente MPV dentro de la gama Volkswagen, hay que recordar que la capacidad del maletero del Touran con siete asientos oscila entre los 137 litros y los 633 si se sacrifica esa tercera fila. El Tiguan Allspace va de esos 230 a los 685 litros. Con acierto, la marca alemana no sólo pone el acento en lo que es más evidente: la vertiente más familiar del Tiguan Allspace. También subraya su gancho entre un tipo de conductor que no tiene por qué tener niños a su cargo. Clientes con un estilo de vida activo y que, jugando con la variabilidad de esas plazas traseras (ver galería de fotos), puede lograr espacio suficiente para una o varias tablas de surf.

Estética 'intacta'

Todo esto lo consigue el Tiguan Allspace sin quebrar el encanto del diseño original del modelo. Es más, frontal y laterales son específicos de esta versión que conserva la línea de este modelo que ha encajado bien la incorporación a la gama Volkswagen de modelos como el Arteon o el T-Roc y, por tanto, sigue de plena vigencia. Es muy ilustrativo de la preocupación por no romper la elegancia del Tiguan es que el Allspace aumenta la altura del capó para mantener el equilibrio de proporciones; con este mismo objetivo, la línea que traza la base de las ventanas laterales adquiere un enfoque más ascendente tras el pilar C. Como la carrocería cinco plazas, se puede escoger con un frontal convencional y otro con un ángulo de ataque mayor para un uso más off-road.

El Allspace tiene el mismo potencial todoterreno que el Tiguan convencional, ya que, según motorizaciones, puede disponer de la tracción total 4Motion que montaba la versión que probamos. En realidad, con el motor 2.0 TDI de 240 CV de potencia viene de serie, como también otro de sus puntos fuertes: la caja de cambios DSG de siete velocidades. Juntos, todo es fácil al volante del Tiguan Allspace; sólo hay que recurrir al selector de perfiles de conducción que hay en la consola y adaptar su comportamiento al tipo de terreno por el que vamos a transitar. A alta velocidad, se deja sentir esa mayor distancia entre ejes que hacen a esta versión un vehículo más aplomado sobre la carretera, más estable y, también, aún más confortable.

En cuanto al motor, sólo podemos deshacernos en elogios hacia este TDI rebosante de fuerza. Sus 240 CV mueven a placer esta versión 'XL' del Tiguan y sólo hay que mantener la presión sobre el pedal del acelerador para entender de qué puede ser capaz. Si se prefiere, se puede explotar ese potencial deportivo recurriendo al mando secuencial del cambio, ya sea a través de la palanca o de las discretas levas del volante. 

Arsenal tecnológico

Nuestra prueba se centró fundamentalmente en asfalto, un medio en el que sale a relucir el arsenal tecnológico del que puede dotar Volkswagen a sus nuevos modelos. Hablamos del cuadro de instrumentos digital (que no nos cansamos de aplaudir), del head-up display (quien no ve su utilidad es porque no lo ha probado a fondo) y de asistentes como el Lane Assist, el Lane Assist, el de aparcamiento, el freno de emergencia en ciudad o la alerta de tráfico cruzado posterior, y el 360º Area View entre otros muchos. Todos útiles, todos efectivos y todos en ese límite que evita que sean demasiado intrusivos en situaciones normales de conducción. 

La guinda es la pantalla táctil con control gestual del sistema multimedia Discover Pro. Más allá de esa función con una utilidad bastante limitada, el interfaz de uso, la fácil y rápida conexión con el teléfono inteligente y sus muchas opciones abarcan todas las necesidades que puede tener un conductor habituado a entornos digitales.  

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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