Ayer, improvisaron una asistencia rápida en mitad del altiplano boliviano para que el Peugeot 3008 Maxi nº300 del vigente campeón pudiera permanecer dentro de la caravana del rallye. Hoy, 24 horas más tarde, el pluricampeón francés y su álter ego en el equipo Peugeot, Cyril Despres, el ángel de la guarda que le salvó la vida en la séptima etapa, han encabezado de la mano, uno detrás del otro, la clasificación correspondiente a la octava especial. La primera en la que Carlos Sainz, el hombre con el que comparten tenderete los dos motard galos, ha ejercido, ya de facto, como líder indiscutible de este Dakar.
Con más de una hora de ventaja a su favor sobre Nasser Al-Attiyah y el propio Peter, Sainz ha preferido no asumir riesgos abriendo pista; máxime sobre el barrizal con el que se han topado hoy todos los pilotos en algunos sectores, a raíz de las fuertes lluvias que se están precipitando de nuevo sobre la geografía de Bolivia.
El madrileño ha entrado quinto, a poco más de siete minutos de sus compañeros de equipo; y de una tacada, ha salvado, además, dos match ball consecutivos, puesto que los organizadores han decretado la suspensión de la etapa de mañana, ante el deterioro que ha experimentado el recorrido por acción del temporal.
Entretanto, Peterhansel ha querido enmendar el error que le costó ayer el liderato anotándose su segundo triunfo parcial (por 49" de margen sobre Despres), con el que ha enjugado 2´12" a Nasser Al-Attiyah, del que le separan ya menos de 7 minutos en la clasificación. Por tanto, pese a los cambios producidos en el guión que se habían figurado para esta edición, los jefes del equipo Peugeot aún tienen opciones de festejar un doblete antes de decir adiós al Dakar.