Se acabó. El Dakar 2018 está visto para sentencia. La pugna por la victoria, inclinada a favor de Carlos Sainz desde el pasado sábado, cuando Stéphane Peterhansel se topó con una piedra que sepultó sus expectativas, definitivamente, ha llegado a su fin.
La carrera ha llegado hoy a la ciudad de Córdoba -el corazón geográfico del Rallye de Argentina, tierra propicia para él, donde los tuercas le quieren a rabiar- con el madrileño liderando plácidamente antes de la última etapa, sin amenazas de ningún tipo, después de que Stéphane Peterhansel haya impactado hoy contra un árbol durante la primera mitad de la especial, dañando el chasis de su buggy y esguinzándose, además, el dedo pulgar de una de sus manos.
Entre una cosa y otra, el galo, al que no le ha quedado más remedio que esperar al camión de asistencia de Peugeot, ha cedido una hora en la línea de llegada, desmantelando por tanto el doblete que iba camino de rubricar Peugeot en su último Dakar.
Ahora, Peter se ve como cuarto clasificado de la general, a 8 minutos de Giniel de Villiers, que, gracias al error del galo, va camino de completar el podio junto a su compañero de equipo, Nasser Al-Attiyah -vencedor de la jornada-.
Carlos Sainz se encuentra ya a un paso de rematar su segunda victoria en el Cono Sur. Aunque hoy se haya dejado 19´37" respecto al catarí, mantiene una amplísima renta 46 minutos a falta de la última especial (120 kilómetros cronometrados, 286 en total), donde va camino de volver a hacer historia mañana, a lomos del Peugeot nº303, con su inseparable copiloto, Lucas Cruz. Ya lo tienes, Matador.