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Mientras Artenara era un hervidero de coches de rallies y aficionados aprovechando el puente del Primero de Mayo y Tejeda acogía los test de Peugeot, el Circuito de Maspalomas ha sido el escogido por Miguel Fuster y Luis Monzón para preparar su enésima batalla en Gran Canaria. Ambos han preferido la tranquilidad del trazado sureño que, efectivamente, ha recibido pocas visitas durante la mañana. 
El alicantino (cinco) y el satauteño (dos) suman juntos siete títulos nacionales y ambos cuentan con experiencia suficiente como para sacar el máximo partido a cada kilómetro de test. Fuster, que viene con el rodaje del Rally do Cocido y el Sierra Morena y con el liderato del CERA en el bolsillo, aprovechó la mañana para hacer pequeños ajustes en su Ford bajo la atenta mirada de su responsable técnico –otro campeón de España–, Enrique García Ojeda.
Es tal la fe que Fuster tiene en él que llegaron a intercambiar asientos en un momento del test. Fue después de hacer una larga parada tras golpear en la curva de entrada a meta la rueda trasera derecha del Fiesta R5. Nada serio, pero que dejó marcado el lateral de este Ford de ultimísima generación y que, verdaderamente, va como un tiro.
Tras Miguel Fuster y Nacho Aviñó tomaron el relevo Luis Monzón y José Carlos Déniz. Por segundo año consecutivo han confiado en los británicos de Dom Buckley Motorsport a la hora de alquilar un R5. Las expectativas de Monzón son altísimas este año y quizá por ello se mostró especialmente exigente en esa primera toma de contacto. Aunque se van a ver las caras en los tramos a partir del viernes, ambos, Monzón y Fuster, intercambiaron opiniones sobre el ‘setting’ idóneo del Fiesta R5 con García Ojeda como consejero.
Horas después, Ángel Marrero también aprovechó el Circuito de Maspalomas para probar su Honda Civic Type R R3 tras haber actualizado el motor en estas semanas de paréntesis que ha habido entre el Rally Ciudad de Telde y el Islas Canarias.
