El 23 de mayo de 1928, Fritz von Opel, nieto del fundador de la marca, condujo un prototipo de competición propulsado por cohetes con el que rompió todos los récord de velocidad al alcanzar los 238 km/h en el circuito berlinés de Avus. El RAK 2, como bautizaron a este vehículo con alas laterales, empleó 24 cohetes de combustible sólido y, dada la efectividad de la solución, estableció las bases para los futuros vuelos tripulados.
El RAK 2 fue resultado de un proyecto de investigación que, un año antes, emprendieron el propio nieto de Adam Opel con el publicista y astrónomo Max Valier. Como piloto, ingeniero y empresario, Fritz Opel se volcó en la idea de poder demostrar al mundo el potencial de esta tecnología. En parte, porque estaba fascinado por la tecnología de cohetes y, también, porque si llevaba a buen puerto el proyecto esto influiría de forma positiva a la marca Opel.
El tercer vértice del triángulo lo estableció Friedrich Sander cuya empresa fabricaba cohetes de señales con combustible sólido. Meses después ya tenían un primer prototipo, el RAK 1, con unas pequeñas alas laterales e impulsado por una docena de cohetes con 40 kg de explosivos. El 11 de abril de 1928 se llevó a cabo la primera prueba en Rüsselsheim y en ella quedó comprobada la efectividad de este tipo de propulsión.
El RAK 2 era una versión perfeccionada de aquel primer prototipo. Era, con 4,88 metros, más grande que su predecesor y su aerodinámica fue mejorada mediante unas alas más voluminosas. Además, multiplicaba por dos el número de cohetes para conseguir un empuje de seis toneladas al realizarse la ignición eléctrica secuencial a través de un pedal situado en el suelo.
Convencido de que el récord de velocidad iba a caer, hizo del intento todo un acontecimiento al que asistieron unos 3.000 invitados entre periodistas, celebridades, deportistas y políticos. En la nómina de los ‘VIP’ había nombres de la talla de Fritz Lang, director de Metrópolis, los artistas de cine Lilian Harvey y Thea von Harbou, los pilotos Hanni Köhler y Carl Jörns y el boxeador Max Schmeling. Los mecánicos August Becker y Karl Treber retiraron la lona que cubría el Opel RAK 2, instalaron los cohetes, conectaron el mecanismo de ignición y la policía despejó el circuito mientras entre el público se hizo el silencio.
Fritz ‘El Cohete’ pisó en varias ocasiones el pedal de ignición y el RAK 2 salió disparado mientras dejaba una estela de humo blanco. En tres minutos todo acabó y Von Opel fue ovacionado cuando se detuvo y se certificó que había alcanzado una velocidad de 238 km/h. La noticia recorrió Alemania de punta a punta y Opel se ganó la fama de tener el coche más avanzado del momento.
En realidad, esta experiencia fue solo la primera piedra tras las que vinieron muchas más. Von Opel y Sander intentaron llevar más lejos esta tecnología y así, en junio de ese mismo año, establecieron un nuevo récord de vehículos sobre raíles al alcanzar los 256km/h con la vagoneta impulsada por cohetes Opel RAK 3. Tras probar suerte en las dos ruedas, pronto dirigieron su atención a la aviación. Así, el día 30 de septiembre de 1929 lograron otra hazaña al hacer volar el Opel-Sander RAK1, en lo que fue el primer vuelo propulsado por cohetes.
Aunque la Gran Depresión hizo que toda esta progresión entrara en vía muerta, Opel puede presumir de ser uno de los impulsores de la tecnología que, décadas más tarde dio pie a los vuelos espaciales tripulados.