El Skoda Vision RS se perfila como la representación más próxima de los nuevos retos a los que se enfrenta el fabricante en referencia a su gama deportiva RS, la imagen escogida para la siguiente generación personificada a través de un compacto de futuro - todo un acierto a nuestro criterio- y la electrificación de su oferta a través de soluciones como la hibridación enchufable.
Esta última condición se materializa mediante la combinación del motor de 1.5 litros TSI de 150 CV con un motor eléctrico de 75 kW (102 CV). La potencia conjunta del sistema es de 245 CV y sus prestaciones permiten alcanzar los 100 km/h desde parado en 7,1 segundos. Su rendimiento también es excepcional, emite tan solo 33 g/km de CO2 y la autonomía en modo solo eléctrico es de 70 kilómetros.
Detrás de su imagen además se esconden toda una serie de soluciones innovadoras cuya finalidad es dar un nuevo paso al frente en la carrera por la sostenibilidad. Un ejemplo son los componentes orgánicos de la pintura blanco brillante que además de ofrecer destellos de cristal Xirallic en color azul permiten reflejar el calor y reducir la temperatura interior.
Numerosos elementos de carbono negro fijados a la carrocería crean contrastes distintivos con la pintura blanca. Este material, muy usado en los vehículos de competición, también aparece en el radiador, los parachoques frontal y trasero, los retrovisores exteriores, los umbrales laterales, las tomas y salidas de aire y el difusor trasero.
Para la parte superior de los asientos cubiertos de Alcantara, se ha usado una tapicería de carbono hecha al 100% de hilo de poliéster reciclado. Otro ejemplo de sostenibilidad son las alfombrillas, que están hechas de un tejido de carbono de Piñatex; este material de alto rendimiento extrae sus fibras de las hojas de las piñas.
El volante deportivo, con un centro distintivo - similar a los que se ven en los vehículos de competición - tiene un panel central con la misma textura vista en el resto del interior.