Con una sólida posición en el mercado, Peugeot ha decidido desdoblar su oferta en el ámbito de las furgonetas derivadas de comerciales. En ese reparto de papeles, la marca francesa apuesta a lo seguro al confinar a la Partner a un papel más asociado a esa vertiente más laboral; sin embargo, incorpora a su menú de modelos la Rifter dirigida más claramente hacia un conductor que precisa de un vehículo de corte monovolumen válido tanto en horas de servicio como en momentos de ocio. 
En realidad, son dos caras de la misma moneda que Peugeot ha acuñado con suma coherencia, ya que si bien cada una están en su papel (la Partner en la de la funcionalidad y la capacidad de carga y la Rifter en confort y espacio), ambas van a juego con esa aspiración de la marca del león de distinguirse del resto de marcas generalistas a base de estilo y acabados.
Centrados en la Rifter, es muy sintomático de esa transformación transversal de la gama el que en un modelo así importe el concepto de puesto de conducción i-cockpit o que complete la ‘subgama’ GT Line como tope de gama tras las versiones Access, Active y Allure. Lo primero salta a la vista al abrir la puerta por el cuadro de instrumentos sobre el salpicadero, el pequeño volante con base plana y, como herramienta fundamental en ese concepto que prima la ergonomía, una pantalla táctil capacitiva de ocho pulgadas con conectividad vía Apple CarPlay, Android Auto o Mirror Screen. Otro detalle ilustrativo de esa voluntad de Peugeot de separarse de la media de su segmento es el que, según versiones, pueda contar también con carga inalámbrica para teléfonos móviles.
De vuelta a esa versión GT Line, es la más vistosa al contar con embellecedores oscurecidos para el marco de la calandra, barras de techo, molduras y carcasas de los retrovisores, llantas de 17’’ específicas y, por dentro, volante revestido en cuero, salpicadero con toques marrones y un tapizado especial. La Rifter, en cualquiera de sus versiones, no va nada mal servida en cuanto a acabados, aunque tan ‘mal acostumbrados’ como nos tiene Peugeot a interiores de alta calidad, sí se usa con demasiada profusión plásticos duros en todo el entorno de salpicadero, consola y paneles de puertas.
El exterior es el mismo de la nueva Partner, pero, de nuevo, con trazos del estilo tan característico de Peugeot en las firmas luminosas led de frontal y trasera y características propias de sus modelos todocamino como las barras de techo integradas, los embellecedores de pasos de rueda, las molduras protectoras en los bajos y una distancia al suelo elevada. Hay versiones que sacan partido a su carrocería elevada mediante el Advanced Grip Control y tracción total.
En su vertiente más furgoneta brilla el espacio y la funcionalidad de su interior. Hay dos versiones de carrocería, la estándar de 4,4 metros y otra de 4,75 metros que, como opción, puede incorporar una tercera fila de asientos. La segunda fila puede plegarse rápidamente quedando plana a ras con el suelo del maletero.
El maletero del Peugeot Rifter dispone de un volumen de carga que va desde los 775 litros bajo bandeja de la versión cinco plazas de longitud estándar a los 4.000 litros bajo techo con los asientos abatidos en la versión larga. La capacidad de carga también se reparte con los muchísimos espacios portaobjetos repartidos entre consola central, techo, paneles de puertas, etcétera. Por ello y porque su interior es toda una invitación al disfrute del aire libre en las infinitas posibilidades que ofrecen nuestras playas y montañas, el Rifter no ha podido tener una mejor entrada en el mercado canario.
Peugeot ha dotado al nuevo Rifter de la última tecnología en conectividad y asistentes como el Active Safety Brake, que actúa ante un riesgo de colisión; la alerta de atención del conductor; la alerta activa de cambio involuntario de carril; el reconocimiento de límites de velocidad y el regulador de velocidad activo.
En cuanto a motores, puede acunar el 1.2 PureTech con 110 CV y caja de cambios manual de cinco velocidades; y el de 130 CV con caja automática de ocho velocidades que estará disponible el próximo año, ambos con filtro de partículas de gasolina. La propuesta de mecánicas más variada está en diésel, con el 1.5 BlueHDI de 75, 100 y 130 CV, éste último con posibilidad de emplear esa misma transmisión automática EAT8. Todos estos propulsores emplean filtro de partículas y reducción catalítica selectiva.
