Sébastien Loeb hubiese declinado de buena gana su participación en este Dakar de haberse consumado con mayor premura su inusitado fichaje por Hyundai. Ya que, finalmente, los compromisos adquiridos tanto por PH Sport (el equipo que gestiona su Peugeot) como por Red Bull (artífice de esta historia) le han obligado a correr en Perú, el alsaciano no vislumbra otro objetivo que no sea ganar. Con todas las de la ley, como otro dakariano más, según ha evidenciado hoy por las dunas del Pacífico.
Es la cuarta vez que se ve ya en este embolado, y eso se nota... A Loeb no le pillan ya de sorpresa las estratagemas de los rivales más avezados. Ahora es él, inclusive, quien juega sus propias cartas, con esa lucidez estratégica que ha atesorado siempre; también en el desierto, donde ayer supo esconderse mejor que nadie para salir hoy desde atrás, con pista limpia, y anotarse su primer triunfo parcial en un Dakar que, a pesar de su exiguo recorrido, o precisamente por eso, promete ser una auténtica montaña rusa...
Como esta vez no hay tiempo para preámbulos, y aunque lo de ayer distó mucho de ser el prológo habitual de otros años, hoy ha empezado ya el rallye de verdad, con un recorrido de 342 kilómetros en el que el buggy de Loeb ha firmado el mejor registro por tan solo 8 segundos de ventaja sobre otro coche, teóricamente, ya desfasado: el Mini All4 Racing que maneja Nani Roma, rápido como una centella en los compases finales de la especial.
Bernhard ten Brinke y Giniel de Villiers han entrado a continuación, a poco más de un minuto del dueto de cabeza, como mejores clasificados de la escuadra Toyota; de hecho, el sudafricano ha relevado como líder a su jefe de filas, Nasser Al-Attiyah, que se ha visto relegado a la octava plaza provisional, después de ceder siete minutos y medio abriendo pista por haber dominado la etapa de ayer.
Carlos Sainz ha seguido la estela del catarí, aunque ha protagonizado una jornada más provechosa, endosándole tres minutos en la meta de la jornada. El madrileño ha llegado incluso a comandar algunos sectores de la etapa, pero un par de pinchazos le han retrasado a la octava plaza, por detrás de su compañero Cyril Despres, que figura noveno en la general, tres puestos por detrás del español.
El galo está tomando la delantera en estos compases iniciales del rallye a Stéphane Peterhansel, uno de los grandes damnificados, por increíble que parezca, al término de estas dos etapas. Si ayer pinchó un neumático, hoy, directamente, se ha quedado encallado en una duna, registrando una pérdida de 15 minutos que le va a obligar a correr a la contra desde el principio en una edición tan al sprint como se augura que puede ser este Dakar.
