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T-Cross pone el lazo a la gama SUV de Volkswagen

  • Las veinte unidades de la serie First Edition, agotadas

Catorce años después, los que han transcurrido desde el lanzamiento del primer Touareg, Volkswagen cierra (por ahora) el círculo de su gama todocamino. Los Tiguan (2007) y T-Roc (2017) fueron otros dos aldabonazos en este ámbito que se saldaron con sonoros éxitos comerciales. Ahora, con el T-Cross, la marca quiere replicar ese modus operandi en el segmento de los crossovers más urbanos. 

Empleando la plataforma MQB A0, la misma que el Grupo Volkswagen emplea para sus segmento B, el T-Cross juega con la ventaja de tener muy cerca de él al T-Roc. El escalonado de modelos y versiones SUV (incluyendo el Allspace del Tiguan) le ha permitido ser algo así como ‘el verso libre’ de la gama crossover de la marca alemana, que, en cualquier caso, va a mantenerse atenta a los derroteros de un mercado cada vez más volcado en carrocerías todocamino. Eso sin contar su gama eléctrica que, en la segunda mitad de 2020 incorporará un SUV con este tipo de propulsión.

Su individualidad salta a la vista en la parte trasera y su banda reflectora enmarcada por un embellecedor negro brillante y sobre la que se encaja el emblema de Volkswagen. Como todos sus modelos de última generación, la denominación del modelo ocupa una posición centrada en el portón del maletero.

En su frontal hay cierto mestizaje entre rasgos de diseño bien asentados ya en la marca y otros propios. Hay algo del T-Roc en la forma de sus faros antiniebla, si bien las luces diurnas LED ocupan en el T-Cross una posición mucho más convencional. Los amplios pasos de rueda, las taloneras, los protectores de bajos y los raíles longitudinales sobre el techo anclan con claridad este modelo a esa ‘familia T’.

Esa singularidad también viene dada por una selección de colores de carrocería (e incluso llantas) que, en algunos casos, rompen la rutina de la marca e incluso de un segmento bastante audaz en este terreno. Hay una docena de colores. Volkswagen no se ha reservado la sorpresa de una versión R-Line, ya que se incorpora ya como un acabado más junto a las Edition (base), Connect y Design. 

Sin salirse de la manera cartesiana de plantear los interiores de Volkswagen, el T-Cross sigue la senda ya marcada por otros modelos dirigidos a un público joven al echar mano de materiales con llamativos acabados para el salpicadero. Los tapizados también son personalizables, aunque si hay un componente que favorece el puesto de conducción es el volante que estrena para la marca. Las versiones más equipadas, a partir del acabado Design en Canarias, puede hacerse con el panel de instrumentos digital (Digital Cockpit).

Línea al margen, el T-Cross explota la forma de su carrocería para ofrecer más espacio que un segmento B convencional. Su flexibilidad le viene dada por la banqueta de los asientos traseros desplazable con la que el volumen del maletero fluctúa entre los 385 y los 455 litros. Si se precisa capacidad de carga, entonces se pueden plegar los respaldos de esas plazas traseras y multiplicar ese volumen hasta los 1.281 litros. Mide 4,11 metros, es decir, 12 centímetros menos que el T-Roc. 

Inicialmente, en su lanzamiento, Volkswagen Canarias ofrece una única mecánica, la 1.0 TSI, pero con dos escalones de potencia: 90 o 115 CV. La primera emplea un cambio manual de cinco velocidades, mientras la más potente puede usar uno manual de seis o el automático de doble embrague DSG de siete velocidades. Próximamente se incorporará el 1.6 TDI de 95 CV y, más tarde, el 1.5 TSI de 150 CV.

En asistentes y seguridad está bien pertrechado al contar con el sistema de vigilancia Front Assist, que incluye el sistema de detección de peatones y la función de frenada de emergencia en ciudad; el sistema de aviso de salida del carril Lane Assist; el asistente de arranque en pendiente; la protección proactiva de los ocupantes; así como los asistentes de ángulo muerto y de salida del aparcamiento. Para este mercado, el Control de Crucero Adaptativo (ACC) se incorpora de serie a partir del acabado R-line.

En Canarias se comercializa desde 12.900 euros en la versión de acceso. El mercado será el que determine si el T-Cross accede al Olimpo de los crossovers urbanos, pero de momento las señales hacen prever que sea un éxito en Canarias. Y es que las veinte unidades de la serie limitada First Edition con un paquete diferenciado de diseño y confort se agotó rápidamente y las entregas a clientes han empezado durante este mes de abril.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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