BMW cambiar de arriba abajo su Serie 1 en su tercera generación. Diseño, configuración interior, chasis... Todo cambia, incluso uno de sus signos distintivos desde que en 2004 fue llamado a filas para defender el pabellón de la marca alemana en el entonces pujante segmento de los compactos de representación. El de 2019 que ahora se acaba de lanzar y que ha sido presentado por Canaauto en el VII Salón del Automóvil de Canarias renuncia a la propulsión trasera, condición indispensable para jugar en la misma liga que sus rivales en términos de habitabilidad interior, pero con armas suficientes como para que no se resienta su liderazgo en ese inmarcesible concepto del placer de conducción.
En Múnich han invertido los últimos cinco años en madurar el chasis para –afirma la marca– establecer un nuevo estándar en dinamismo en el segmento premium compacto. Esa agilidad es un argumento capital en cada BMW y, por ello, no se han dado por satisfechos hasta lograr que sea superior a la de su predecesor. Su estructura o el hecho de contar en todas las versiones con eje trasero multibrazo (uno de los pocos que puede presumir de ello) sientan la base de ese comportamiento, pero es clave la integración de una serie de componentes dinámicos y sistemas de control.
Dispositivos como el ARB que importa del i3S y que actúa mucho más rápido en condiciones de pérdida de tracción del tren delantero para impedir el subviraje; o el BMW Performance Control que frena las ruedas del interior de una curva antes de deslizar para proporcionar un comportamiento más neutro. Esta agilidad tan ‘made in BMW’ puede incrementarse mediante la suspensión deportiva M Sport que acerca la carrocería 10 mm al suelo, aunque en este capítulo el techo lo establece la suspensión adaptativa con amortiguación variable.
Aquellos que busquen deportividad en vena suspirarán por el BMW M135i xDrive, el más prestacional de todos y que incide en un carácter más marcado mediante el nuevo diferencial mecánico Torsen con reparto de par variable, el launch control, la dirección deportiva M y los frenos deportivos M. Su motor ofrece 306 CV y va de la mano de la caja Steptronic de ocho velocidades que, según la marca, incrementa la suavidad y mejora sus propiedades acústicas. Los 116d, 118d y 118i se hacen con las nuevas cajas manuales de seis velocidades; el 120d xDrive lleva de serie la caja Steptronic de doble embrague y siete velocidades.
P
lazas traseras más amplias
Pero, volvamos al principio: la necesidad de espacio. La reducción del túnel de transmisión es, en buena medida, el origen del considerable avance en materia de habitabilidad que se produce en las plazas posteriores. Este avance se materializa en un espacio para las piernas 33 mm mayor, 13 mm más para los codos y un maletero (cuyo portón puede accionarse eléctricamente) que amplía su volumen hasta los 380 litros, 20 litros más. Y sin embargo, ficha técnica en mano, el nuevo Serie 1 es 5 mm más corto, pero 34 mm más ancho y 13 mm más alto.
El nuevo diseño ayuda a redefinir las proporciones del Serie 1, que no deja de ser un compacto con carrocería hatchback, pero ahora con una apariencia más en cuña. Sin embargo, los más puristas de la marca detectarán de inmediato especificidades en su línea como los enormes riñones de la calandra que, además, se unen por primera vez en la sección central. Los faros (que opcionalmente pueden ser full LED adaptativos) también evolucionan hacia formas más angulosas y oblicuas.
La línea de hombros hacen más poderosa la planta del nuevo modelo y subrayan esa mayor anchura que se percibe con más claridad desde atrás gracias a los pilotos traseros divididos en dos secciones. La deportividad también gana enteros con detalles como las salidas de escape de mayor diámetro (hasta 100 mm) y una colección de llantas que, por primera vez, llega a las 19’’. En cambio, no se tocan estribillos del libro de estilo BMW como el morro de tiburón o el pilar C con la inconfundible curva Hofmeister.
Un interior más fresco
La experiencia de conducción va muy ligada a la ergonomía y a las sensaciones que transmite el interior, de ahí que en BMW no sean muy amigos de romper la uniformidad de sus cabinas. El Serie 1 se sale de esa senda tan marcada mediante un diseño más moderno y más fresco. Es ilustrativo de esa voluntad que, por primera vez, ofrezca la opción de un techo panorámico de accionamiento eléctrico y unas molduras interiores iluminadas con tres diseños diferentes. Los nuevos difusores de aire, algunos mandos (otros mantienen el característico y sobrio acabado BMW) y las nuevas pantallas de 10,25 pulgadas de diagonal del BMW Live Cockpit Professional son lo más destacado del puesto de conducción. También por primera vez en este modelo, un head-up display de 9,2 pulgadas.
El asistente personal aprende rutinas, ajustes y hábitos de su propietario y, además, es capaz de responder a preguntas sobre el coche e incluso explicar su tecnología. Se pueden importar destinos desde aplicaciones al navegador e incluye el acceso a funciones mediante gestos. En asistentes, el Serie 1 de tercera generación da entrada al de Marcha Atrás heredado del Serie 3 o la llave digital a través del teléfono inteligente, entre otros.
Podríamos llenar párrafos y más párrafos hablado del contingente de asistentes con los que cuenta el nuevo BMW Serie 1, pero los más novedosos son el de marcha atrás que forma parte del Parking Assistant y que, como en el Serie 3, almacena los movimientos de la dirección para luego ser capaz de deshacer ese mismo camino en hasta 50 metros. Una función muy útil cuando se aparca en sitios complicados. Y la BMW Digital Key, que permite cerrar o abrir el coche mediante el teléfono.
