Aún con los colores de camuflaje, la marca alemana ha viajado hasta las Islas Azores para poner a prueba su alta dinamismo en escenarios cercanos a donde se disputa la primera cita del FIA ERC. En el nuevo compacto debuta la evolución más reciente de la tracción quattro que en combinación con la suspensión adaptativa y la dirección progresiva ponen a prueba las capacidades deportivas del nuevo vehículo.
El eje principal de esta evolución lo constituye el embrague electrohidráulico multidisco situado para optimizar el reparto de pesos. Audi ha modificado el mecanismo de control electrónico de distribución para adaptarlo al nuevo vehículo e integrarlo en el sistema de conducción Audi drive select. El sistema tiene en cuenta los datos de los sensores en la suspensión y no solo detecta las condiciones de conducción y el estado de la carretera, sino también el estilo de conducción. La unidad de control utiliza estos datos como base para calcular la distribución de par, lo que proporciona una eficiencia óptima.
La tracción a las cuatro ruedas distribuye el par de forma completamente variable entre los ejes delantero y trasero llegando a poder alcanzar el 100% de reparto. El embrague multidisco también puede transmitir parte del par al eje trasero cuando el conductor gira el volante con un estilo de conducción deportivo. En estos casos actúa en coordinación con el control electrónico de estabilidad (ESC).
Cuando el nuevo vehículo toma una curva a alta velocidad, el sistema activa ligeramente los frenos en las ruedas que se encuentran en el interior de la trazada haciendo que el coche entre con mayor facilidad y siga con mayor precisión el ángulo marcado por la dirección.
La respuesta de la tracción quattro también se modifica en tres niveles según el modo del ESC seleccionado. Y es que además de la posición normal, el usuario puede escoger el modo Sport con deslizamientos controlados sobre superficies con bajo agarre. Con el control de estabilidad desconectado, la posibilidad de deslizamiento de las ruedas es casi ilimitada, lo que permite al Audi A3 ofrecer unas características de conducción puras.
Otro aspecto que subraya su condición dinámica es la dirección progresiva electromecánica. La asistencia funciona en perfecta armonía con su carácter y se adapta a la velocidad de la marcha. A velocidades bajas es más alta para facilitar la maniobrabilidad; cuando la velocidad aumenta, la asistencia disminuye progresivamente, lo que permite al conductor experimentar una sensación de tranquilidad, con la dirección bajo control incluso a altas velocidades en autopista.
La dirección progresiva cuenta con un sistema electromecánico de alta eficiencia que actúa sólo cuando es necesario. Funciona junto a varios sistemas de asistencia a la conducción, como el asistente de crucero adaptativo, el asistente anti colisiones y el asistente de aparcamiento.
La suspensión adaptativa, por su parte, permite adecuar su actuación a cualquier situación. Cuenta con tres ajustes y distintos sensores miden diferentes parámetros para adaptar cada amortiguador a las condiciones de la carretera, la situación de conducción o a criterio del propio conductor.
El conductor puede variar los ajustes básicos de la amortiguación a través del sistema Audi drive select en tres modos: comfort, auto y dynamic. Con ello, la suspensión incrementa el rango entre una amortiguación suave o un ajuste más firme.
Esta combinación de ventajas se puede gestionar mediante los cinco modos del sistema Audi drive select –comfort, auto, dynamic, efficiency e individual-. En función del equipamiento, esta tecnología también interviene sobre el cambio S tronic, la tracción quattro y la suspensión con amortiguación variable. También puede hacer cambios en los sistemas de confort y seguridad, como el climatizador, los faros Matrix LED, los pretensores del cinturón de seguridad y el control de crucero adaptativo.
