La Federación del Importadores y Concesionarios, FREDICA, ha instado al Gobierno de Canarias a la puesta en marcha de un plan de renovación del parque móvil coincidiendo con el reinicio de la actividad una vez se dé por finalizado el estado de alarma. El objetivo de la patronal es, además de incorporar a nuestras carreteras vehículos más eficientes y más seguros, generar un revulsivo para el sector de la automoción que está sintiendo con toda su dureza los efectos de la crisis.
Y es que con la imposición del estado de alarma desde el pasado mes, las empresas dedicadas a la automoción se han visto obligadas a paralizar la venta. Su efecto sobre las matriculaciones fue inmediato, ya que éstas cayeron un 70% en marzo y para el mes de abril se espera una caída aún más dramática.
Para FREDICA la recuperación de la actividad será lenta.“Aunque dependerá de la extensión del estado de alarma y la apertura del comercio minorista como de otros factores, los meses de mayo a agosto van a ser realmente duros”, prevé su presidente Rafael Pombriego. El sector considera que podría concluirse el año con caídas cercanas al 70%, en torno a las 30.000 unidades matriculadas, equiparándose este resultado a los datos del año 2012 que fue el año pico de la crisis financiera iniciada en 2008.
La federación que integra a concesionarios e importadores considera fundamental tratar de incentivar el mercado de demanda interna, ya que prevé que el mercado de coches de alquiler va a pasar por momentos muy complicados acompasado con la marcha del sector turístico.
En relación al empleo, solicita que se prolonguen los ERTE por fuerza mayor, al menos con carácter parcial, de manera que se permita ir incorporando a los trabajadores al ritmo de recuperación de la actividad. “Si no es así, se perjudicará notablemente la viabilidad a medio plazo y largo plazo de las empresas”, señala Pombriego.
FREDICA también ha solicitado que sefacilite la obtención de liquidez a las empresas del automóvil al denunciar que muchas de las que integran la federación se han quedado fuera de las medidas fiscales y sociales por tener la consideración de gran empresa. “No tiene nada que ver con los beneficios, muy reducidos en este sector, con el inconveniente de que facturamos automóviles de alto valor”, denuncia Pombriego, que considera que se debería tener en cuenta los criterios de consideración de PYME de la normativa comunitaria que son más amplios.
Para Rafael Pombriego “las empresas deben destinar sus recursos a mantener su viabilidad a medio y largo plazo” y no a atender “la escasa liquidez disponible a pagar impuestos y otras obligaciones administrativas”. “En esta crisis es necesario que sean las administraciones las que recorten gastos y se endeuden, no las empresas, porque serán estas las que mantendrán y crearan empleo en el futuro, lo contrario produciría el endeudamiento de empresas y familias alargando la crisis en el tiempo como ocurrió en la crisis de 2008”, ha sentenciado.
FREDICA recuerda mediante una nota que el sector del automóvil tiene un peso del 3,5% en el PIB regional. Las empresas importadoras y concesionarias generan más seis mil empleos directos, en la mayoría de los casos, empleos cualificados. Los empleos indirectos sobrepasan las 25.000 personas.
