El primer Lexus eléctrico pone en valor su fiabilidad y ofrece una garantía de 10 años –o un millón de kilómetros- que cubre la batería principal y cualquier pérdida de efectividad por debajo del 70%.
Esto es confianza y no es para menos. Lexus lleva fabricando vehículos electrificados desde 2005. Este extenso bagaje y tras haber fabricado más 1,7 millones de vehículos con estas características, permite a la compañía afrontar este nuevo proyecto pletóricos de moral, convencido de la calidad, fiabilidad y durabilidad de su primer modelo cien por cien eléctrico.
El UX 300e está equipado con una nueva batería de ion de litio con una capacidad 54,3 kWh, que ofrece una autonomía de 300 km en ciclo WLTP. Esta se sitúa bajo el suelo del habitáculo, a la altura de los asientos traseros para garantizar el máximo equilibrio durante la conducción. El sistema propulsor lo completa un motor eléctrico con una potencia de 150 kW -204 CV- que envía la energía a las ruedas delanteras. El vehículo alcanza los 100 km/h desde parado en 7,5 segundos.
Explican sus responsables que para un mayor control y duración de la batería, unos sensores supervisan el voltaje de las distintas celdas y los bloques de la batería así como la temperatura. Ello, junto a la gestión y a la unidad de control de la batería y la energía permite maximizar su capacidad y por añadidura una fiabilidad y vida útil a largo plazo.
En este sentido, se ha desarrollado un sistema de refrigeración por aire de las celdas de la batería que resulta más seguro y ligero que los sistemas de refrigeración por agua. Gracias a la circulación de aire refrigerado por el interior de la batería, se puede conseguir una potencia estable incluso a gran velocidad y durante repetidos ciclos de carga. En estrecha combinación con el climatizador del habitáculo, el sistema mejora las prestaciones del vehículo, la vida de la batería y el rendimiento de la carga.