Nueva normalidad, misma rutina. En montaña, cuando Luis Monzón se sube al Audi R8 LMS con el que ha logrado encadenar tres títulos regionales consecutivos de montaña, el resultado es el mismo. El satauteño sigue invicto y esta vez ha agrandado su leyenda en territorio conquistado. Ganador de las tres últimas ediciones al volante siempre del MINI John Cooper Works WRC, ha redondeado esta jornada perfecta con un nuevo récord: 2:33.539.
Podría haber rebajado ese registro, pero la segunda manga tuvo que ser interrumpida cuando, tras un pequeño toque, el Subaru Impreza WRC de Félix Brito se quedó cruzado en la carretera. Eso, unido a alguna que otra intervención de los servicios médicos por culpa de un calor que empezaba a causar estragos entre los aficionados acabó propiciando que, ante el riesgo de que el público se hubiera movido de su sitio, se diera por concluida la prueba.
Con unas condiciones meteorológicas en las antípodas de lo que es lo habitual en Juncalillo (temperaturas superiores a los treinta grados y calima), Monzón ‘sólo’ tuvo que preocuparse de llevar por lo negro el R8 LMS en las zonas más viradas de esta prueba. No se le dio mal al Audi Juncalillo, de hecho ya en los entrenamientos estuvo por debajo del récord, algo que confirmó en la primera oficial con un tiempo apenas cuatro décimas mejor.
Con esta victoria, el de Auto-Laca iguala a Carlos Alonso-Lamberti (1996, 2000, 2001, 2003) como el piloto con mayor número de victorias en Juncalillo, con la diferencia de que él las ha logrado de forma consecutiva entre 2017 hasta esta anómala edición de 2020.
Sin la segunda manga, nos quedamos con las ganas de saber si Iván Armas sería capaz de aproximarse –aún más– a los dominios de Luis Monzón y el Audi o si, por el contrario, la brecha sería mayor. Siendo fiel a su estilo de conducción, el de Marzagán (2:36.665) hizo un papel sobresaliente con el Porsche 997 GT3 2010 demostrando que en montaña los GT tienen capacidad para seguir partiendo la pana. Siempre y cuando no aparezca una bestia del calibre del R8 LMS.
Miguel Cabral tuvo que capitular ante los GT, llevando su Mitsubishi Lancer Evo X hasta la tercera posición con un 2:41.871. Su destino era jugarse ese tercer peldaño con Félix Brito –del que quedó separado por 22 milésimas–, pero ese incidente del tinerfeño dejó todo tal cual estaba, es decir, con Cabral en el cuadro de honor y Brito a continuación. A los muchos aficionados que acudieron a la Subida de Juncalillo se les hicieron pocas las dos pasadas de un WRC ‘pata negra’ que daba gusto verlo.
Tras el cuarteto de cabeza separado por 8,3 segundos, las diferencias se multiplicaban. Porque la quinta, sexta y séptima posición fue un tuya y mía entre José Calderín (Renault 5 GT Turbo), Adrián Betancor (Renault Mégane Coupé) y Osmundo Ramírez (Renault 5 GT Turbo), separados al término de las dos mangas oficiales por poco más de una décima.
Los correosos Renault pudieron esta vez con otro coche curtido, el Toyota Corolla Twin Cam de Juan Betancor, octavo por delante del Honda Civic de Jonai Rodríguez y el BMW M3 de Miguel Quintino. José Mari Ponce, que volvió a la competición en esta histórica prueba, quedó encuadrado en solitario en la categoría 2. Su registro, 2:46.2017 de la primera manga, le habría llevado a la quinta posición tras el Impreza de Brito.
Soledad también la de René Santana en la categoría 1, la de las barquetas. Sin su rival José Ricardo Rodríguez en carrera, se impuso con un 2:39.058.
La próxima prueba automovilística será el Rally Isla de Gran Canaria que se celebrará a mediados de agosto como cita inaugural del Campeonato de Canarias de Rallies de Asfalto y segunda del Campeonato BP de Rallies de Las Palmas.
