En un camino opuesto al de otros gigantes del sector, Toyota lleva algunos años regenerando su vínculo con la competición. Su regreso al Mundial de Rallies en 2017 es el mascarón de proa de esa estrategia cuyo fin último es crear una gama de vehículos deportivos desarrollados por sus ingenieros para sus clientes. Tras el GR Supra, el GR Yaris es el segundo apóstol de esta doctrina impulsada por el propio Akio Toyoda, presidente y CEO de Toyota Motor Corporation.
Además de ser la esperanza de una especie, la de los deportivos japoneses de raza, que parecía abocada a su extinción, Toyota también parece dispuesta a regenerar ese vínculo anímico con sus clientes haciendo coches impactantes en su diseño y emocionantes en su manejo. Por ahora la estrategia está siendo un acierto, porque además de alumbrar modelos del calibre del GR Supra o del GR Yaris, las siglas de Gazoo Racing ha abanderado éxitos deportivos de relumbrón como los obtenidos en el FIA WEC o en el Mundial de Rallies, donde el Yaris WRC ha encadenado un título de constructores (2018) y dos de pilotos (2019 y 2020).
Precisamente el World Rally Car del equipo Toyota es la simiente del protagonista de este artículo. En este caso se puede decir que antes fue la gallina que el huevo. El desarrollo del nuevo Yaris WRC que verá la luz en 2022 bajo la nueva reglamentación híbrida es el origen del GR Yaris; de hecho, la versión de altas prestaciones del utilitario japonés es el resultado de un trabajo coral en el que los ingenieros y pilotos del Toyota Gazoo Racing World Rally Team han tenido un papel protagonista. Incluso Akio Toyoda, amante y practicante de los coches deportivos, ha aportado su granito de arena como ‘test driver’. La placa de la consola que dice “developed for FIA World Rally Championship” no miente.
Ese orden es el motivo por el que el GR Yaris es tan distinto al Yaris convencional. Lo es su carrocería, que prescinde de su configuración cinco puertas por una de tres sin marcos en las ventanas y un techo más bajo y curvo cuya silueta dibuja una suave transición hacia el alerón trasero. Esa concomitancia con el WRC se percibe en unas aletas laterales mucho más agresivas y voluminosas que las del Yaris estándar. En cuanto a medidas, es 55 mm más largo, 40 mm más bajo y 60 mm más ancho para acoger unas vías también ensanchadas en cinco y 48 mm respectivamente.
Plataforma híbrida B-C
Ni siquiera su estructura es igual. El GR emplea un híbrido entre la plataforma GA-B que ha estrenado el Yaris de cuarta generación y la GA-C del Corolla y el C-HR en su parte posterior. Otra herencia de la competición es el uso de materiales aligerados, como el aluminio de las puertas, capó y portón trasero y, sobre todo, el techo elaborado con polímero reforzado con fibra de carbono protegido mediante un vinilo.
En contraposición a su peso de 1.280 kg, el motor aporta 261 CV y, por tanto, una relación peso/potencia de 4,9 kg/CV que sobre el asfalto se traduce en una capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos. Toyota ha dado al GR Yaris el tricilíndrico más potente del mundo y también el más compacto. Esto es resultado del uso de tecnologías como el turbocompresor con rodamiento de bolas, un sistema de refrigeración multipunto de aceite para los pistones, conductos de admisión mecanizados y válvulas de escape sobredimensionadas. Para mejorar el reparto de pesos, el propulsor ocupa una posición más retrasada de lo habitual y la batería se ubica bajo el piso del maletero, razón por la que su capacidad es inferior a la del Yaris convencional (174 litros en vez de 286).
En consonancia con ese potente motor de 261 CV y 360 Nm, los frenos del GR Yaris se basan en unos discos de 356 mm de diámetro en el tren delantero mordidos por una pinza de cuatro pistones y de 297 mm en el trasero con pizas de dos pistones. De serie, las llantas son de la marca Enkei y de 28’’; con el ‘Circuit Pack’, estas llantas se sustituyen por unas forjadas BBS, aunque lo que de verdad define a ese paquete es la suspensión GR de circuito y los diferenciales delantero y trasero Torsen.
Tracción total GR-Four
Como toda esa saga de vehículos deportivos japoneses que han dejado huella en los rallies, el GR Yaris transmite esa potencia mediante un sistema de tracción total. Denominada GR-Four, es permanente y su control se realiza de forma electrónica y sobre tres posiciones distintas seleccionables mediante el mando que hay en la consola, por delante de la palanca del cambio. En modo normal el 60% del par se dirige al tren delantero y el 40% al trasero; con el Sport activo al conducirlo en carreteras de montaña, el reparto se equilibra entre los dos ejes; el Track, reservado a su uso en circuito o en un tramo cronometrado cerrado, esa proporción es de 30:70.
La tracción total permanente permite que toda la fuerza de propulsión se focalice en uno de los dos trenes. El reparto del par se puede consultar en la pantalla del cuadro de instrumentos específico para este modelo. También lo son los asientos de estilo baquet vestidos con cuero y alcántara en color negro; los pedales de aluminio y el volante deportivo que, como la instrumentación y los reposacabezas portan orgullosos las siglas GR que identifican a los más deportivos del catálogo Toyota.
