Si hay un referente femenino en el automovilismo canario, esa es Emma Falcón. La grancanaria afronta su undécima temporada en rallies y el próximo 19 de marzo se cumplirá una década de su debut en el Rally Villa de Santa Brígida. Será precisamente ahí, en el rally satauteño, donde prenderá la mecha de esta campaña 2021 en la que va a acometer tanto el Campeonato de Canarias de Rallies de Asfalto como el Campeonato Bp de Rallies de Las Palmas.
Lo hará, por tercer curso consecutivo, con el Citroën C3 R5, una unidad con la que ha disputado dieciocho rallies y que no va a presentar cambios importantes. A diferencia de Luis Monzón, que sí se ha hecho con el kit Rally2 desarrollado por Citroën Racing, Falcón mantiene la misma configuración con la que ha conseguido hasta dos podios absolutos: Rally de Maspalomas 2019 y Rally Comarca Norte de Gran Canaria 2020.
Aspirante al título provincial hasta bien entrado el año –llegó a Maspalomas líder del campeonato–, el objetivo de Falcón es mantenerse en las primeras posiciones y de este certamen y subir peldaños en el regional. Su programa incluirá el Rally Isla Tenerife, así como el Rally Isla de Lanzarote, el Rally Comarca Norte de Gran Canaria, el Rally Villa de Teror y el Rally Islas Canarias que comparten puntuabilidad para el CCRA y el provincial.
Su copiloto en buena parte de la temporada será Eduardo González, con quien ya hizo equipo en 2018 y 2019. Puesto que González también va a copilotar a Surhayén Pernía en el Supercampeonato de España de Rallies, las pruebas en las que no pueda participar, Emma contará con Aitor Cambeiro.
El nombre de Emma Falcón, campeona del ERC Ladies Trophy en 2018, trasciende ya el panorama automovilístico regional. Prueba de ello es que estuvo entre los que manejaron distintos equipos para competir en Extreme E, el nuevo campeonato de todoterrenos eléctricos que se va a poner en marcha esta temporada y en la que van a participar otras pilotos como Cristina Gutiérrez y Laia Sanz o viejas conocidas como Catie Munnings o Christine Giampaoli. Uno de los equipos que estuvo en contacto con la canaria tenía su sede en Arabia Saudí.
