El Toyota RAV4 amplía su gama con la incorporación de la versión híbrida enchufable y lo hace subiendo el listón en términos de autonomía eléctrica que en circulación urbana puede alcanzar hasta los 98 kilómetros (75 km en recorridos interurbanos), todo un récord para un vehículo de sus características. Tampoco se queda corto en cuanto a
prestaciones y rendimiento. De hecho se trata de la versión más potente del carismático SUV, una cifra que asciende a 306 CV (225 kW). El consumo homologado por su parte se sitúa en 1 l/100 km (WLTP), pero vayamos por partes.
Sobre la base del modelo lanzado a finales de 2018 y aprovechando los beneficios de sus arquitectura como un bajo centro de gravedad y el uso de la plataforma Toyota GA-K, el modelo se dota de una unidad híbrida formado por un motor de gasolina 2.5 de 185 CV y dos motores eléctricos, uno en cada eje, el delantero de 182 CV y el trasero de 54 CV, alimentados por una batería de iones de litio con una capacidad de 18,1 kWh. El sistema de tracción total inteligente AWD-i es de serie en la versión RAV4 Plug-in. La recarga se puede completar en unas dos horas y media con una toma de 230 V/32 A.
De uso cada vez más extendido, también a partir de las nuevas funcionalidades de la aplicación MyT se puede programar de forma remota la carga de la batería o controlar el climatizador para enfriar o calentar el vehículo antes de acceder a él.
El RAV4 Plug-in dispone de cuatro modos de funcionamiento distintos. El modo eléctrico (EV), modo Híbrido (HV), modo automático (EV/HV) y modo carga. Como curiosidad, el modo predeterminado es el eléctrico circulando de forma prioritaria con cero emisiones. Cuando las batería alcanzan un nivel bajo predeterminado, el vehículo cambia automáticamente a modo híbrido (HV). El conductor, en cualquier caso tiene la potestad para escoger este modo desde un principio y reservar buena parte de la carga si sabe que con posterioridad va a circular por la ciudad o zona restringida.
En modo automático (EV/HV), el sistema híbrido entra en acción automáticamente cuando el sistema requiere más potencia, por ejemplo, en el caso de una fuerte aceleración. Superado este paréntesis, el vehículo vuelve a circular en eléctrico. El modo de carga de la batería ayuda a restaurar el nivel de carga de la batería cuando es demasiado bajo para funcionar en modo eléctrico, aprovechando la potencia generada por el motor de gasolina.
Con el cambio secuencial Shiftmatic, el conductor puede utilizar las levas del volante para ganar freno motor. También tiene a su disposición el Control de Asistencia a la Deceleración, que aumenta automáticamente el par de deceleración del motor cuando se detecta el uso del freno en una bajada.
El resultado es una conducción más suave, con un menor uso de los frenos y una mayor eficacia del sistema de regeneración.
El equipamiento incluye un cargador rápido integrado que admite hasta 6,6 kW lo que garantiza un rendimiento óptimo y una mayor durabilidad de la batería. De serie, cuenta con un cable de Tipo 2 Modo de 7,5 metros para conectarlo a una toma de corriente doméstica de 10 A. El tiempo de recarga en este caso es de unas siete horas.
El punto de carga se encuentra sobre el paso de rueda trasero derecho, y cuenta con una tapa que se bloquea automáticamente cuando se cierran las puertas. La toma cuenta con protección térmica y un piloto luminoso que indica si la carga está en curso o ha finalizado.
Para optimizar la velocidad y seguridad del proceso de carga, Toyota recomienda combinar un cable de Tipo 2 Modo 3 de 32 A con un cargador de pared (wallbox). Con esta alternativa, compacta e integrada, se puede llevar a cabo la recarga en unas dos horas y media, sin afectar al suministro eléctrico doméstico del cliente.
A su vez, el nuevo RAV4 Plug-in incluye nuevos elementos en su dotación como una toma de corriente de 220 V/150 W de serie, en la que de forma excepcional y si fuera necesario se pueden conectar aparatos eléctrico en caso de que hubiera un corte de corriente en casa.
