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Hyundai i20, con los pies en la tierra

  • Disponible antes de promociones desde 16.039 euros
  • Mejora las cotas de habitabilidad y confort
  • Propulsor Mild-Hybrid de 100 CV

Por mucho que se esfuercen en mejorar el espacio, el equipamiento técnico o la seguridad, la realidad es que el diseño junto a otro factor como es el precio son los argumentos con mayor poder de convicción y también en muchos casos, un eficaz baremo a la hora de anticipar el posible éxito de un vehículo. Siguiendo estas premisas y tal como está el panorama actual, la nueva generación del utilitario, con la opción de la hibridación ligera, tiene buena parte de la batalla ganada.

El nuevo Hyundai i20, disponible antes de promociones desde 16.039 euros, es apenas unos milímetros más largo que la edición anterior – 4,05 metros-, y su estatura es algo más baja -1,45 metros-. También es un pelín más ancho -1,77 metros-. Con estos cambios y un moldeado más enérgico de los trazos de la carrocería se consigue una imagen con mucho gancho que apela a otro de sus fundamentos como es su herencia deportiva.

Y vaya si lo han conseguido. En el frontal destaca la amplia parrilla, ahora en una posición más baja, y el rediseño del parachoques, con las luces antiniebla encastradas en unas oquedades de forma triangular en ambos flancos. No desentona el desarrollo de la sección posterior, con el alerón enmarcando casi todo el perímetro de la luna trasera y esos grandes grupos ópticos conectados mediante un fino listón iluminado en un claro esfuerzo por dar una imagen más moderna y estilizada a todo el conjunto.

La marca ofrece un catálogo de diez colores para la carrocería, de los cuales cuatro son nuevos – incluido el Intensive Blue de nuestra unidad de prueba-  y la posibilidad de escoger el acabado bi-tono con el techo en pintura de contraste. Otro elemento susceptible de elección son las llantas de aleación –entre 15 y 17 pulgadas- aunque sin ser un imperativo, el tamaño se asocia al nivel de acabado escogido.

SIN ESTRECHECES

La mayor anchura y distancias entre ejes de esta edición es un buen punto de partida si hablamos de mejorar las cotas de habitabilidad y confort. En el Hyundai i20 era una cuestión prioritaria viendo hacia donde ha derivado la competencia. Se nota sentado al volante pero sobre todo en los asientos traseros donde los ocupantes cuentan con más espacio para las piernas, la cabeza y los hombros. También respecto al volumen destinado al maletero donde se ha incrementado la capacidad de carga hasta los 351 litros.

Algo más fríos nos han dejado los materiales empleados en el acabado interior, eso sí, correctos en términos de contención y bien empleados a la hora de construir el decorado. Un espacio donde gana en presencia el despliegue de soportes de información y control, formado por el cuadro de instrumentos digital, los mandos de la climatización pero sobre todo el display principal, con una gran pantalla que puede llegar hasta las 10,25 pulgadas.

El nuevo volante, al que se han incorporado nuevas funciones de manejo del sistema multimedia, la luz ambiental junto a las posibilidades ampliadas de conexión –Bluetooth, CarPlay y Android Auto- convierten al nuevo i20 en uno de los vehículos mejor conectados de su clase. Por cierto, en la base de la columna central se ubican además dos entradas USB y una toma de 12V.

HIBRIDACIÓN

Respecto a la categoría que nos ocupa, si bien algunos fabricantes han optado por mantenerse en el ámbito de la combustión pura aunque con una oferta más selectiva y eficiente, eso sí, Hyundai ha preferido cruzar esta barrera y optar por el camino de la electrificación.

Nuestra unidad de pruebas es uno de esos ejemplos. El vehículo está dotado con motor 1.0 TGDI y un sistema microhíbrido de 48V asociado a una nueva transmisión de accionamiento manual inteligente de seis velocidades capaz de desacoplar el motor cuando se levanta el pie del acelerador y permitir circular “a vela” por inercia para un mayor ahorro de combustible.

El propulsor desarrolla una potencia de 100 CV y un par máximo de 172 Nm que bajo los nuevos criterios de medición y ciñéndonos a los datos oficiales, homologa un consumo promedio de 5 l/100 km, equivalente a unas emisiones de 114 g/km de CO2. Cifras muy favorables en términos de compromiso medioambiental pero hay más.

Su funcionamiento sorprende en todos los escenarios. Empezaremos diciendo que si bien no se muestra especialmente efusivo en las arrancadas una vez coge carrerilla, se torno más vivo de reacciones. Es entonces cuando entra en juego ese par adicional proveniente del motor eléctrico.

En los trayectos urbanos es una delicia, apenas se escucha el rumor proveniente del motor, moviéndose en unas cifras de consumo muy contenidas al tiempo que circula de forma muy ágil y desenvuelta. El i20 reserva esa energía extra para rodar de forma más impetuosa - si apetece- en espacios abiertos como una carretera con curvas. El único requisito es mantener la aguja en la zona media del cuentarrevoluciones, no necesita más.

El comportamiento dinámico ayuda a consolidar esa faceta de vehículo divertido y seguro, como lo hacen las funciones adicionales integradas en el paquete SmartSense en el que se incluyen el asistente de mantenimiento de carril y el asistente para evitar colisiones frontales, ideal para salir airoso de cualquier despiste en el ámbito de la ciudad.

 

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