Las soluciones de movilidad compartida siguen creciendo, impulsadas por la digitalización y el cambio de tendencia de la propiedad, pero están aún lejos de convertirse en una solución de masas.
Un reciente estudio refleja que solo tres de cada diez conductores españoles dejarían de tener el vehículo en propiedad para sustituirlo por servicios de movilidad como carsharing o el motosharing. Es sin embargo sintomático que esta solución gane en popularidad entre los grupos de edad de entre 18 y 24 años y de 25 a 34 años.
Entre las razones, el no tener que realizar un gran desembolso para adquirir un vehículo, o no atarse a un alquiler de largo plazo. Solo quieren pagar por lo que realmente usan. Muchos de ellos han hecho números y la movilidad compartida les sale a cuenta según el informe realizado por Cetelem. Entre el grueso de la población, esta percepción está muy dividida: el 51 % de los españoles no cree que este tipo de servicios sea más económico que tener un vehículo en propiedad, mientras que el 49% opina que sí.
Algo similar sucede con la precepción de sostenibilidad de estos servicios. Los servicios de carsharing y motosharing suelen emplear vehículos eléctricos o electrificados de última generación. Además, estos vehículos ocupan menos espacio público (diversos estudios apunan que cada coche compartido puede reducir la necesidad de nueve a trece coches privados) y reducen el tráfico.
Un 49% de los españoles cree que este tipo de servicios es la mejor solución de futuro para el medio ambiente y la mejora de la calidad del aire de las ciudades, destacando de nuevo por encima de la media los grupos de edad de 18 a 24 años y de 25 a 34 años, con un 57% y un 55% respectivamente.