No es la primera de su especie y sin embargo, ninguna furgoneta eléctrica actualmente en comercialización ha centrado tanta atención como la Volkswagen ID. Buzz. Su leyenda le precede,
de eso no hay duda. Y es que las referencias a la icónica T1 original son constantes, poniendo en evidencia las señas de identidad de un modelo adaptado a su tiempo para conjugar conceptos de nuevo cuño como es el de sostenibilidad.
La gama está formada inicialmente por una variante de pasajeros con cinco plazas, protagonista de nuestra prueba, y una versión cargo. Muy pronto la familia se completará con una versión de mayor longitud con la misma distribución en cuanto a configuración interior.
El nuevo ID. Buzz presenta un interior especialmente espacioso y funcional, en el
que como en el resto de la familia de vehículos eléctricos del fabricante alemán, el concepto práctico de uso está muy presente.
Ahora, si hay un aspecto realmente llamativo es el estilo característico de su carrocería. En acabado bi-tono, Volkswagen, además de con el diseño, ha trabajado eficazmente con la psicología del color utilizando una paleta que destaca allí por donde pasa, invitando a levantar el estado de ánimo, además de influir en el bienestar general de los ocupantes.
La longitud total es de 4,71 metros por lo que es bastante fácil desenvolverse en
espacios urbanos en lo que luego ahondaremos. Además, mide 1,99 metros de ancho mientras la cota de altura es de 1,94 metros. Las proporciones y su generosa distancia entre ejes favorecen su faceta práctica con un gran portón trasero de apertura automática y un espacio para el equipaje de 1.121 litros, pudiendo albergar hasta 529 litros de carga. Si se abate la segunda fila de asientos, la capacidad aumenta hasta los 2.205 litros.
En el perfil, además de las puertas para conductor y pasajero, se encuentran dos puertas correderas de accionamiento automático que dan acceso al amplio interior en el que se pone de manifiesto el
uso coherente de materiales, en su mayoría provenientes del reciclado. El aspecto general y las buenas vibraciones que transmite la ambientación se imponen a otras consideraciones como puede ser la mayor o menor dureza o el tacto de sus superficies.
Se agradece también la sencillez de uso de los gadgets asociados a la información y la interactividad. Buena parte del operativo descansa sobre la pantalla principal de 12 pulgadas equipada con control por voz y suspendida en el centro del salpicadero. El volante, por su parte, acoge los botones de configuración del pequeño panel de instrumentos digital. Incorpora además
hasta ocho tomas de carga USB repartidas convenientemente por todo el habitáculo.
La posición de conducción elevada es ideal y cuenta con numerosos huecos portaobjetos, incluido un pequeño cajón entre ambos asientos delanteros que se puede desmontar. Detrás de estos, hay dos bandejas plegables y mucho, mucho espacio para disfrutar de un viaje cómodo y agradable.
PROPULSOR
EL ID. Buzz eléctrico se comercializa inicialmente con un solo motor de 150 kW
(200 CV) instalado en el eje trasero e impulsa a las ruedas posteriores -no se descarta, por referencias, la posibilidad de una versión GTX con doble propulsor-. La batería tiene una capacidad de 82 kWh, 77 kW realmente aprovechables. El par máximo, por su parte, es de 310 Nm y asegura buenas prestaciones, especialmente evidentes cuando utilizamos el programa Sport -dispone de tres modos más de conducción; Eco, Normal e Individual-. Oficialmente es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 10,2 segundos, lo que no nos parece relevante atendiendo al concepto, la velocidad máxima está limitada a 145
km/h, esto sí es un acierto.
Es reseñable que en su construcción se haya conseguido un coeficiente aerodinámico de tan solo 0,29 a pesar de su porte elevado. La autonomía, como parámetro de relevancia, está influenciada en parte por la capacidad del vehículo para “desafiar” la resistencia al viento y está claro que en su caso lo han conseguido. El ID. Buzz puede recorrer hasta 418 kilómetros con una sola carga, y el consumo medio se sitúa en torno a los 21 kWh/100 km, aunque es verdad que si se conduce fuera de los parámetros que apelan a la eficiencia el indicador se dispara hasta situarse por encima de los 35
kWh/100 km.
CONCLUSIÓN
Con todo, incluido su precio,50.940 euros, el ID. Buzz es un modelo que seduce por puro sentimiento. Su estilo es un imán y además se conduce bien. El comportamiento es bastante neutro gracias a la situación de las baterías a lo largo del plano bajo del vehículo, y a su conjunción con el afinado ajuste del tarado de las suspensiones, y sorprende por su agilidad y capacidad para maniobrar incluso con el cartel de completo a bordo. Las ayudas y las cámaras favorecen las maniobras de guiado, sobre todo al aparcar,
convirtiéndose en perfectos aliados dado que al principio no es fácil tener las cuatro esquinas y la larga carrocería siempre bajo control.
En carretera y autopista se muestra igual de convincente, mostrando un especial aplomo incluso en tramos virados. En este sentido, destaca por su equilibrio y baja tendencia al balanceo, lo que no es habitual en un vehículo de sus características. No ocurre lo mismo al frenar donde es conveniente anticipar un poquito para no vernos sorprendidos por el efecto de morreo.
